LA DEPRESIÓN: ¿UN REINICIO ESPIRITUAL?
En retrospectiva me doy cuenta
de que hubo gran inteligencia
en mis más de veinte años de depresión.
En realidad era la gracia inherente a la vida
la que me estaba haciendo caer de rodillas.
(¡A veces, la vida te pone de rodillas
para que por fin estés presente para tus propias rodillas!).
Ahí había sanación,
justo en el corazón de mi pérdida de interés
para ir al trabajo o ver a mis amigos,
en mi abandono de toda esperanza para mi futuro,
en mi completa desilusión
sobre cualquier significado que fuera externo
o de segunda mano,
en mis náuseas hacia todo lo que fuera 'espiritual'.
Incluso mi falta de interés para levantarme de la cama
guardaba verdaderas maravillas.
A través de una depresión suicida,
la vida me estaba despojando de todas mis ilusiones,
de todas las distracciones,
de todo aquello que no era real,
forzándome a mantenerme
muy, muy cerca de mí mismo,
haciéndome recordar aquello que queda
después de que todo lo externo ha sido retirado.
La depresión me obligó a recordar
mi propia presencia,
esencial y libre,
un milagro estallando de vida.
Mi propia presencia, ¡sí!
- tan simple, y sin embargo tan pasada por alto,
que siempre había estado aquí,
más cerca que la respiración...
¡más indudable que la duda!
Mi propia y simple presencia
- la presencia de la vida misma -
era el regalo...
¡Lo que siempre había anhelado!
Toda la búsqueda se había revertido,
ya que un 'yo' jamás puede encontrar lo que busca
mientras lo sigue buscando.
El falso 'yo' necesitaba fracasar
en su búsqueda de la presencia
para ser revelado
como el suelo y la esencia de todas las cosas.
La ola no puede encontrar el océano -
sólo puede ser el océano.
¡Yo soy aquí. Yo existo. Yo soy!
Y este es el más grande de los milagros.
A veces es desde ahí donde tenemos que empezar,
en el comienzo mismo.
Tenemos que volver al origen de la vida,
al lugar que está antes de incluso el 'Yo Soy'.
La depresión fue el más grande fracaso del 'yo',
y su rendición final.
Fue un reinicio espiritual,
un despertar, ciertamente.
Mi anhelo por morir había sido, en secreto,
mi anhelo por vivir,
por romper mi frágil corazón
para que entrara un universo sagrado...
para poder contactarme con mi propio poder.
Estoy consciente de que éste
no es un punto de vista muy común ni popular
acerca de la depresión:
pero contiene inteligencia y una medicina muy poderosa,
tan necesaria en nuestro cansado mundo.
Así que vamos a iniciar una nueva conversación...
Honrando el modelo médico de la depresión,
pero llegando hasta lo más profundo.
¡Jamás alejándonos de los susurros
que nos ofrece la vida!
Jeff Foster
Excelente .
ResponderEliminarGaviota
Gracias Gaviota!
EliminarNo sabes como me alegra que sigas flotando en este cielo, no en mi cielo, sino en el del camino!
ABRAZO DE LUZ... EN PLENO VUELO!
Esta forma de expresar la experiencia de la depresión es la mas cercana a mi sentir, desde siempre e vivido la depresión, sin.embargo se, estoy segura que todo este "sufrimiento" encierra una gran bendición ya que cada vez que toco el fondo y vuelvo a salir de allí, gano en crecimiento y en conciencia!!! Lo siento como una especie de trabajo de parto, después de cada contracción dolorosa la luz esta más y más cerca...Pery
ResponderEliminarSiento lo mismo.
EliminarEs cierto que el sufrimiento nos lleva eventualmente al otro extremo, su opuesto complementario que es la felicidad, pero no debemos pensar que ES NECESARIO sufrir para aprender...
EliminarEl verdadero maestro es siempre EL AMOR!
Sólo cuando después de todo el ciclo, de sufrimiento, depresión y liberación, sentimos que somos algo más que estos pares de opuestos, impuestos por la mente, por los procesos mentales que no saben hacer otra cosa que resolver conflictos... encontramos nuestro equilibrio interior, más allá de las emociones, que son el reflejo en el cuerpo de lo que pensamos, y conocemos el verdadero Amor, la esencia de nuestro ser real, que no es reir ni llorar, sino estar en paz... vivir en armonía... siendo en unidad con todo lo que sucede... con toda experiencia... siempre en una sola consciencia!
Aprendamos del dolor, como dice Jeff, pero no justifiquemos el sufrimiento... no santifiquemos la individualidad, que es sólo la ignorancia de nuestra naturaleza REAL Y ABSOLUTA... el AMOR UNIVERSAL!
Sufrimos, porque tenemos un conflicto de identidad: hemos olvidado lo que SOMOS!
Si sabemos, confiamos y nos comprometemos con la consciencia de SER AMOR... nada de esto es necesario... no hay depresión, no hay muerte, no hay vida individual... somos todo... somos uno... realmente, no conceptualmente... somos ESO, que es todo lo que ES!
Y sólo en ese SER UNO CON DIOS hay paz verdadera... sólo ahí termina, o más bien, se encamina el viaje!
GRACIAS AMIGOS POR COMPARTIR SUS VIVENCIAS Y APORTAR SU LUZ!!!
ABRAZOS A TODOS!!!
Gracias, Jeff, por tanta honestidad, por hablar tan abiertamente de un tema como éste. ¡Es tan liberador!
ResponderEliminarGracias a Jeff y a tí, querida Claudia, por aportar tu sentir... tu SER AMOR!
EliminarABRAZO DE LUZ!