Imagina que estás soñando la misma experiencia que estás teniendo en el estado de vigilia. En otras palabras, la lectura de estas palabras está sucediendo en un sueño. Eso no es difícil de imaginar, ya que incluso un sueño real, desde el punto de vista del sueño, se parece a un estado de vigilia.
Ahora, en esta experiencia presente (que estamos imaginando que es un sueño), todas las leyes normales de la naturaleza están operando. Es decir, cuando toca las teclas, aparecen las letras; cuando tomas una taza de té, la sed se alivia; cuando miras por la ventana, ves edificios o lo que sea... etc. En resumen, la ley de causa y efecto parece ser absolutamente real y operativa, y dentro de los confines del sueño, lo es.
En esta visión, por ejemplo, hay períodos de tiempo pasados, karmas pasados que parecen crear las circunstancias presentes y un instinto de supervivencia entre las especies que parece determinar quién sobrevive, etc. Todo funciona bien dentro de sus propios parámetros.
Sin embargo, cuando nos despertamos del sueño, nos damos cuenta de que el tiempo, la causalidad, el karma y la evolución, aunque reales desde el punto de vista del sueño, eran irreales desde el punto de vista del estado de vigilia. Nos damos cuenta, por ejemplo, que en el sueño el pasado no creó el presente, sino que cada momento presente fue co-creado con su propio pasado y futuro. En otras palabras, que cada momento presente vino con su propia historia. Desde el punto de vista del sueño esta historia fue muy real. Desde el punto de vista del estado de vigilia esta historia no era una historia en absoluto, sino más bien un presente surgiendo.
Todo esto se hace evidente cuando nos elevamos desde el punto de vista del estado de sueño hasta el punto de vista del estado de vigilia...
Ahora bien, ¿qué sucede cuando nos elevamos desde el punto de vista del estado de vigilia hasta el punto de vista de la Consciencia (si convenimos, provisionalmente, que la Consciencia tiene un punto de vista)? Las leyes del estado de vigilia, aunque absolutamente coherentes y consistentes desde el punto de vista de ese estado, se ven en una luz muy diferente cuando se consideran desde el punto de vista de la Consciencia. De hecho, se considera que son irreales exactamente de la misma manera que las ideas del estado del sueño se consideran irreales desde el punto de vista del estado de vigilia...
En los estados de sueño y de vigilia, prevalecen las leyes de la mente. En el estado de sueño estas leyes son bastante vagas. En el estado de vigilia son más ajustadas y más predecibles.
Sin embargo, en el nivel de la Consciencia no hay tales leyes. O podríamos decir que allí sólo prevalece la ley del amor en la que todo es creado directamente, se mantiene y desaparece solo en la Consciencia. En otras palabras, la Consciencia es simultáneamente el origen, la sustancia y el destino de todas las cosas aparentes.
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