Así como el verdadero maestro
está dentro de nosotros,
el verdadero objeto de nuestro amor
somos nosotros mismos.
Tenemos que aprender a querernos,
aprender cómo regresar
a nuestra verdadera naturaleza,
para ver la integridad,
el bien, la verdad y la belleza dentro de nosotros.
Así seremos capaces de verlo en otros.
Cuando hemos visto verdadera belleza,
bondad y verdad en nosotros mismos
y en otros,
ya no seremos engañados por apariencias externas.
Cuando amamos a alguien,
tenemos el deber de mirar
a esa persona de tal manera que nuestra visión
no sea ocultada por la percepción equivocada.
La verdadera bondad
contiene la verdadera belleza
y la auténtica verdad.
Esta es la visión de la interdependencia.
La verdad siempre es hermosa.
La bondad siempre es bella.
Y la belleza siempre es verdadera y buena.
Junto con nuestros seres queridos,
podemos practicar estar en contacto con la belleza,
bondad y verdad dentro de nosotros,
así podemos ayudarnos a nosotros mismos
y a innumerables otros.
Este es el camino del Buda.
Si somos monja o monje,
esposa o esposo, novia o novio,
tenemos que dejar de engañarnos a nosotros mismos
y dejar de permitir que otros lo hagan.
El gran despertar
se produce cuando reconocemos
que lo que estamos buscando
está dentro de nosotros.
Luego nuestro sufrimiento terminará
y seremos felices.
- Thich Nhat Hanh -
in “The Art of Power”.
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