Otra técnica eficaz para despertar compasión hacia una persona que sufre consiste en imaginarse a un amigo muy querido, o alguien a quien se ama de verdad, en el lugar de esa persona.
Imagínese a su hermano,
a su hijo o hija,
a su padre
o a su mejor amigo
en idéntica situación dolorosa.
Se le abrirá el corazón con toda naturalidad y despertará en usted la compasión.
¿Qué podría querer más que librarlos de su tormento?
A veces me preguntan: «Si lo hago, ¿saldrá perjudicado de alguna manera el pariente o amigo al que me imagino sufriendo?».
Al contrario, pensar en esa persona con tal amor y compasión sólo puede serle de ayuda, e incluso producirá la curación de cualquier sufrimiento y dolor que puedan haber vivido en el pasado, estén viviendo ahora o hayan de vivir aún.
El hecho de ser instrumento para el despertar de su compasión, aunque sólo sea por un instante, les acarreará abundante mérito y beneficio.
Puesto que han sido responsables en parte de la apertura de su corazón, y de permitirle ayudar al enfermo o moribundo con su compasión, el mérito de esta acción recaerá naturalmente sobre ellos.
También puede usted dedicar mentalmente el mérito de esa acción al pariente o amigo que le ayudó a abrir el corazón.
Y puede desearle bien a esa persona, y rezar porque en el futuro se vea libre de sufrimiento.
Le estará usted agradecido a su amigo, y quizás éste se sienta también inspirado y agradecido si sabe que le ayudó a hacer aflorar su compasión.
De modo que preguntar: «¿Saldrá perjudicado el pariente o amigo al que imagino en lugar del enfermo o moribundo?» demuestra que no hemos comprendido realmente lo poderosas y milagrosas que son las operaciones de la compasión.
La compasión bendice y cura
a todos los que intervienen en el acto:
la persona que la genera,
la persona por medio de la cual se genera
y la persona a la que va dirigida.
Dice Porcia en la obra de Shakespeare, El mercader de Venecia:
La propiedad de la clemencia es que no sea forzada;
cae como la dulce lluvia del cielo
sobre la tierra de abajo; es dos veces bendita:
bendice al que la da y al que la recibe...
EL LIBRO TIBETANO DE LA VIDA Y DE LA MUERTE
Sogyal Rimpoche
Hermoso.... Gracias por compartir esto Willy. En mi experiencia, estar CON un amigo y además poderle servir o ayudar... ¡Guau! es la alegría máxima del corazón :)
ResponderEliminarTarsila
gracias Willy vere la pelicula el mercader de venecia'
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