Anahata Chakra, un puente al infinito
A través de este centro
conectamos con los centros de aquellos
con quienes tenemos una relación amorosa,
a través de sentimientos cordiales
de amor por todos los seres
y apertura a la vida.
Cuando este chakra goza de apertura y de equilibrio,
la persona puede ver en cada individuo a su prójimo
y amarlo incondicionalmente
por el simple hecho de existir.
Puede ver la exclusividad de la belleza
y la luz interna de cada individuo.
El amor del cuarto chakra
no está vinculado a un objeto,
es un amor que irradiamos
hacia todo lo que se encuentra a nuestro paso
porque lo sentimos dentro como un estado del Ser.
El amor del corazón
es por esencia duradero,
eterno y constante.
Se expresa como aceptación gozosa
de uno mismo y de los demás,
y del lugar que nos ha correspondido
dentro de la totalidad de las cosas.
Se experimenta como una profunda paz
que emana de la ausencia de conflictos
y de estar en armonía con todo lo que nos rodea,
apreciándolo profundamente
al punto de sentirnos agradecidos
por su existencia.
Vivir en amor es vivir en equilibrio,
en un estado permanente de gracia,
delicadeza, flexibilidad, tolerancia y amabilidad.
Es vivir y dejar vivir
apreciando el sagrado don de la vida
en todas y cada una de sus manifestaciones.
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