El psicoanálisis nos ha enseñado que muchos odios desconocidos
y temores y aún enfermedades físicas
con frecuencia no son sino amor
que rehúsa reconocerse como tal,
amor que se ha vuelto enfermo
porque no reconoce su verdadera naturaleza
y ha perdido de vista su objetivo.
Los conflictos en el mundo no se deben a la ausencia del amor,
sino al amor que no se reconoce a sí mismo,
que es infiel a su propia realidad.
La crueldad es el amor sin dirección.
El odio es el amor frustrado.
El amor no está sólo en la mente o el corazón,
es más que el pensamiento y el deseo.
El amor es acción:
y solamente en el acto del amor
alcanzamos la intuición contemplativa
de la sabiduría amorosa.
Esta intuición contemplativa
es un acto de una especie más elevada,
un amor más puro.
El amor disuelve la aparente contradicción
entre la acción y la contemplación.
Para alcanzar un maduro acto de amor,
debemos primero experimentar contradicción y conflicto.
El amor es una cima de libertad
y de plena conciencia personal.
El amor se encuentra a sí mismo
solamente en el acto.
El amor que actúa sin conocimiento,
a pesar de él mismo y en contra de su misma naturaleza,
no alcanza la plena conciencia de sí mismo.
Queda escondido de sí mismo.
Y no logra actuar perfectamente como amor.
Es visto como algo "distinto" del amor.
Todo amor que no es entrega de sí mismo
totalmente libre y espontánea,
tiene en sí mismo un sabor a muerte.
Esto quiere decir que todo nuestro amor
como hombres ordinarios que no somos santos ni místicos,
está lleno de contradicción, conflicto, amargura.
Y tiene ese sabor a muerte.
Y podríamos añadir que es en el conflicto y la contradicción
del amor que no es todavía verdadero,
donde podemos descubrir
el camino del amor verdadero.
Es aceptando en nuestra plena conciencia un amor imperfecto,
cuando el amor llegará a su perfección.
cuando el amor llegará a su perfección.
El primer paso para alcanzar la verdad y pureza del amor
es reconocer en nosotros ese amor
que no es todavía puro,
pero que sin embargo es amor,
y que aspira por su misma naturaleza a ser puro.
Todas las virtudes son aspectos del amor,
y todos los vicios son también aspectos del amor.
Las virtudes son manifestaciones de un amor
que está vivo y sano.
Los vicios son síntomas de un amor
enfermo porque rehúsa ser él mismo.
En realidad no hay más que amor.
Pero este amor podría estar
en contradicción consigo mismo.
Puede ser al mismo tiempo amor y odio,
amor y codicia,
amor y miedo,
amor y celos,
amor y lujuria.
amor y miedo,
amor y celos,
amor y lujuria.
Su destino es ser simplemente amor,
sin ninguna otra cosa contradictoria.
Pero no puede cumplir este destino
si nosotros tratamos únicamente de suprimir
el odio, la codicia, el miedo, los celos, la lujuria...
Estas fuerzas malignas reciben su poder solamente del amor.
Suprimirlas es suprimir el amor.
Debieran más bien, por el contrario,
ser conscientes de sí mismas como amor,
y cuando lo sean,
ya no desviarán la energía del amor
para servir a lo que no es amor.
Thomas Merton
Gracias, como siempre inspirador. Después de mi propia travesía del desierto vuelvo a saludarte con mas ganas. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Amiga!
EliminarGracias por volver, por estar en resonancia, por reconocerte como un ser que se recrea en el ambiente humano constante-mente... pero de corazón!
Ese crearnos desde el corazón, es como el agua en el desierto para nuestra existencia... es atravesar toda experiencia, por ardua que sea, sin dejar de sentir dentro el calor del hogar, el silencio original, la unidad con la fuente eterna de infinito AMOR!
GRACIAS POR TU SER!!
ABRAZO EN ESTA NUEVA LUZ!
Agradecimiento Caminante desde el Corazón!
ResponderEliminar