Amor es el nombre común que damos a la experiencia
cuando el "otro" ya no se experimenta como "otro";
cuando la relación sujeto/objeto desaparece.
Es ver la apariencia de una imagen,
pero sabiendo que sólo es la pantalla.
Es atribuir la realidad de la imagen a la pantalla.
Es conocer todo y a todos
como nuestro propio ser.
Es esta Presencia transparente, vacía,
la que, refractada a través de la mente,
aparece como una multiplicidad y diversidad
de nombres y formas.
Sin embargo,
la mente es en sí misma una modulación
de esa misma Presencia.
En otras palabras,
es la Conciencia pura en sí que,
vibrando dentro de sí misma,
toma la forma de la mente y,
desde el punto de vista ilusorio
de uno de los seres contenidos en esa mente,
parece ver una multiplicidad y diversidad de objetos
y seres separados,
cada uno con su propia realidad
y existencia independiente.
En otras palabras,
el ser o yo separado
es sólo un yo separado
desde el punto de vista ilusorio
de un yo separado.
Desde el verdadero y único punto de vista real
de la Conciencia pura
sólo hay su infinito ser,
refractado en una aparente multiplicidad
y diversidad de formas finitas,
pero sin dejar nunca de ser él mismo.
Esto es lo que William Blake quiso decir cuando dijo:
"Si se limpiaran las puertas de la percepción,
todo aparecería ante el hombre tal como es, infinito".
Esto es lo que los sufíes quieren decir cuando dicen:
"Dondequiera que el ojo mire, está el rostro de Dios".
Esto es lo que Huang Po quiso decir cuando dijo:
"La gente se olvida de la realidad del mundo ilusorio".
Esto es lo que Jesús quiso decir cuando dijo,
"El reino del Padre se extiende sobre la tierra,
y los hombres no lo ven".
Esto es lo que quería decir Parménides,
haciéndose eco de las palabras del Bhagavad Gita, cuando dijo:
"Lo que es, nunca deja de ser; lo que no es, nunca llega a existir".
Esto es lo que quería decir cuando Cézanne dijo que el arte debe
"darnos una idea de la eternidad de la naturaleza".
Todos los grandes sabios y artistas de todos los tiempos
y de todos los lugares han dicho o expresado esto
de una manera u otra.
Esta es la verdadera revolución.
En la raíz de todo deseo de cambio está este último deseo:
conocer sólo la realidad de toda experiencia;
conocer sólo el amor.
A menos que y hasta que los problemas que enfrenta la humanidad
se remonten hasta su última fuente
—la ignorancia de esta realidad—
pueden ser temporalmente aliviados,
pero nunca serán verdaderamente resueltos.
Rupert Spira, 20 febrero 2013
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