Seguidores

No me sigues... me acompañas!

SI QUIERES SEGUIR LAS PUBLICACIONES DE ESTE BLOG, SÓLO PULSA "Participar en este sitio"

No me seguirás, sino que nos haremos compañía en este tramo del camino, donde la AMISTAD es el motor y la ALEGRÍA de ser, el ritmo de la marcha.

GRACIAS POR PARTICIPAR, POR SER Y ESTAR EN EL AMOR!



miércoles, 19 de junio de 2013

PERDONAR = Volver al Amor Incondicional



Cuando estamos dispuestos a ver con los ojos de la verdad, destapamos algunas mentiras y abrimos las heridas. Pero las heridas todavía están llenas de veneno. Por lo tanto, una vez abiertas, las limpiaremos para eliminar todo el veneno. Pero ¿cómo lo haremos?

El mismo maestro nos dio la solución hace dos mil años: el perdón.

El único medio para limpiar las heridas y desprendernos del veneno es el perdón.

Debes perdonar a quienes te hirieron aunque, en tu mente, todo lo que te hicieron resulte imperdonable. Los perdonarás no porque merezcan tu perdón, sino porque no quieres sufrir y causarte más dolor a ti mismo cada vez que recuerdes lo que te hicieron. No importa lo que otras personas te hiciesen, las perdonarás porque no quieres sentirte permanentemente enfermo.

El perdón es necesario para sanar tu mente. 
Perdonarás porque sentirás compasión de ti mismo. 

El perdón es un acto de amor hacia uno mismo.

Para ilustrar lo que acabo de decir te pondré el ejemplo de la mujer divorciada. Imagínate que has estado casada durante diez años, y por la razón que sea, tienes una gran pelea con tu marido a causa de una injusticia. Te divorcias de él; realmente no puedes soportarle. Sólo con oír su nombre sientes un fuerte dolor en el estómago y tienes ganas de vomitar. El veneno emocional es tan fuerte que eres incapaz de soportarlo más. Necesitas ayuda, de modo que acudes a un terapeuta y le dices: «Estoy sufriendo mucho. Estoy llena de enfado, de celos y de envidia. Lo que hizo es imperdonable. No aguanto a ese hombre».

El terapeuta te mira y te dice: «Necesita liberar sus emociones; necesita expresar su enfado. Lo mejor sería desahogar sus emociones con una gran pataleta. Coja una almohada, golpéela y libere su enfado». De modo que eso es lo que haces: montas una pataleta colosal y liberas todas esas emociones. Realmente parece funcionar. Le pagas cien dólares y le dices: «Muchas gracias. Me siento mucho mejor». Finalmente, aparece
una gran sonrisa en tu rostro. Abandonas la consulta del terapeuta, y ¿adivinas quién se te cruza por delante con el coche? Cuando ves a tu ex marido vuelves a sentir la misma cólera de inmediato, sólo que peor. Tienes que volver corriendo al terapeuta y desembolsar otros cien dólares para desahogarte de nuevo.

Liberar tus emociones de esta manera sólo proporciona una solución temporal. Quizá te ayude a desprenderte de una determinada cantidad de veneno emocional y te sientas mejor momentáneamente, pero no curas tu herida.

El único medio para sanar tus heridas es a través del perdón.

Tienes que perdonar a tu ex marido por la injusticia que cometió contigo. Ahora bien, sólo sabrás que has perdonado a alguien cuando lo veas y ya no sientas nada, cuando escuches su nombre y no experimentes ninguna reacción emocional. Por lo tanto, cuando seas capaz de tocar una herida emocional y ya no sientas dolor, entonces sabrás que verdaderamente has perdonado. Evidentemente, en ese lugar te quedará una cicatriz, del mismo modo que te queda en la piel. Recordarás lo que sucedió, cómo eras antes, pero una vez que la herida se haya curado, dejará de doler para siempre.

Tal vez pienses: «De acuerdo. Es fácil decir que debemos perdonar. Lo he intentado, pero no soy capaz de hacerlo». Tienes muchas razones, muchas justificaciones por las cuales no puedes perdonar. Pero no es  verdad. La verdad es que no puedes perdonar porque aprendiste a no hacerlo, porque eso es lo que practicaste, porque llegaste a ser un maestro de la falta de perdón.

Durante una época, de pequeños, el perdón era nuestro instinto natural.

Antes de habernos contagiado de esta enfermedad mental, perdonar nos resultaba fácil y normal.

Acostumbrábamos a perdonar a los demás de un manera casi instantánea. Si observas a dos niños que juegan juntos y empiezan a pelearse y a pegarse entre ellos, comprobarás que, de pronto, rompen a llorar y corren hacia sus madres. «¡Eh, me ha pegado!» Una de las madres se acerca a la otra para hablar con ella. Las dos se pelean, y, sin embargo, a los cinco minutos, los dos niños están jugando juntos otra vez como si no hubiera sucedido nada, mientras las dos madres se detestarán la una a la otra el resto de su vida.

No tenemos que aprender a perdonar porque ya nacemos con la capacidad de hacerlo. Pero ¿adivinas qué nos ha ocurrido? Pues que hemos aprendido y practicado la conducta opuesta, y ahora nos resulta muy difícil perdonar. Cuando una persona nos hace algo, ya está, nos olvidamos de ella, queda expulsada de nuestra vida. Convertimos el asunto en una guerra de orgullo. ¿Por qué? Pues porque nuestra importancia personal crece cuando no perdonamos. Al decir: «Haga lo que haga no la perdonaré. Lo que hizo fue imperdonable», nuestra opinión parece cobrar importancia.

El verdadero problema reside en el orgullo. 

A causa del orgullo y del honor, añadimos más leña al fuego de la injusticia a fin de que nos recuerde que no podemos perdonar. Pero ¿adivinas quién es el que va a sufrir y a acumular más y más veneno emocional? Pues nosotros mismos, ya que sufriremos por las cosas que hagan las personas que nos rodean, aun cuando no tengan ninguna relación con nuestra persona.

También aprendemos a sufrir con el único propósito de castigar a la persona que nos maltrató. Nos comportamos como niños pequeños que montan una pataleta para llamar la atención. Me hiero a mí mismo sólo para decir: «Mira lo que estoy haciendo por tu culpa». Es una gran broma, pero eso es exactamente lo que hacemos. Lo que realmente queremos decir es: «Dios, perdóname», pero no diremos una palabra hasta
que Dios venga y nos pida primero que le perdonemos. En muchas ocasiones ni siquiera sabemos por qué estamos tan disgustados con nuestros padres, nuestros amigos, nuestra pareja. Estamos disgustados y si, por alguna razón, la otra persona nos pide que la perdonemos, nos echamos a llorar de inmediato y decimos: «Oh, no, perdóname tú a mí».

Ve a buscar al niño pequeño que está en el rincón con una rabieta. 
Coge tu orgullo y tíralo a la basura. No lo necesitas. 

Sencillamente, libérate de tu importancia personal 
y pide perdón. perdona a los demás 
y verás cómo los milagros empiezan a suceder en tu vida.

En primer lugar, haz una lista de todas las personas a las que crees que necesitas pedir perdón, y acto seguido, pídeles perdón. Aunque no tengas tiempo de llamarlas a todas, pide perdón en tus oraciones y a través de tus sueños.

En segundo lugar, haz otra lista de todas las personas a quienes necesitas perdonar. Empieza por tus padres, hermanos y hermanas, tus hijos, tu cónyuge, tus amigos, tu amante, tu gato, tu perro, el gobierno y Dios.

Ahora perdonarás a los demás porque sabes que, independientemente de lo que alguien te hiciese, no tenía nada que ver contigo. Cada uno sueña su propio sueño, ¿recuerdas? Las palabras y los actos que te hirieron fueron, meramente, la reacción de esa persona a los demonios de su propia mente. Está soñando en el infierno y tú no eres más que un personaje secundario de su sueño.

Nada de lo que hace nadie es por ti. 
Una vez que cobres esta conciencia, 
y no te lo tomes como algo personal, 
la compasión y la comprensión 
te conducirán al perdón. 

Empieza a trabajar en el perdón; empieza a practicar el perdón. Al principio cuesta, pero después se convertirá en un hábito. El único medio de recuperar el perdón es volver a practicarlo.

Practica incansablemente hasta que, al final, puedas comprobar si eres capaz de perdonarte a ti mismo. En un momento determinado, descubres que tienes que perdonarte a ti mismo por todas las heridas y el veneno que tú mismo creaste en tu propio sueño. Cuando te perdonas a ti mismo, empiezas a aceptarte, y entonces, el amor por tu persona crece. Ese es el perdón supremo: perdonarte a ti mismo.

Lleva a cabo un acto de poder y perdónate a ti mismo por todo lo que has hecho en tu vida.

Y, si crees en las vidas anteriores, perdona todas las cosas que crees haber hecho en tus vidas pasadas. El concepto del karma es verdadero sólo porque creemos que lo es. Debido a nuestras creencias sobre la bondad o la maldad, nos sentimos avergonzados por lo que creemos que es malo. Nos declaramos culpables, pensamos que nos merecemos un castigo y nos castigamos a nosotros mismos. Estamos seguros de que lo que creamos es una inmundicia que es preciso limpiar. Y sólo por creerlo «Así es». Se convierte en algo real para ti. Creas tu karma y tienes que pagar por él. Así de poderoso eres. Romper un antiguo karma es fácil. Lo único que tienes que hacer es abandonar esa creencia negándote a creer en ella, y de este modo, harás que desaparezca.

No necesitas sufrir, ni pagar por nada; ya pasó. Para que el karma desaparezca bastará con que te perdones a ti mismo. Cuando llegues a ese punto, podrás empezar de nuevo.

El perdón es el único medio 
para limpiar las heridas emocionales; 
cuando perdonas, la vida se convierte en algo fácil. 

El perdón es el único medio para sanar nuestras heridas. 

Una vez que hayamos limpiado las heridas, utilizaremos una poderosa medicina para acelerar el proceso de curación. Por supuesto, esta medicina también nos la ha dado el mismo gran maestro, y es el Amor.

El amor es la medicina que acelera el proceso de curación. 
No existe otra medicina más que el amor incondicional.

No se trata de: «Te amo si...», o «Me amo a mí mismo si...». Sin condiciones ni justificaciones ni explicaciones. Se trata sólo de amar. Ámate a ti mismo, ama a tu vecino y ama a tus enemigos. Es de sentido común, pero no seremos capaces de amar a los demás hasta que no nos amemos a nosotros mismos. Y esa es precisamente la razón por la que debemos empezar a hacerlo.

Hay millones de maneras distintas de expresar tu felicidad,
 pero sólo una de ser realmente feliz, 
y esa manera consiste en amar. 
No existe otra. 

No es posible ser feliz si no te amas a ti mismo. 
Es un hecho.

Si no te amas a ti mismo no tienes ninguna posibilidad de ser feliz. No se puede compartir lo que no se tiene. Si no te amas a ti mismo, tampoco puedes amar a nadie.

Aun así, sientes la necesidad de amor, y si hay alguien que te necesita, dirás que eso es amor; eso es lo que los seres humanos llamamos amor. Pero no es amor.

No es más que un acto de posesión, de egoísmo y de control que no conoce el respeto. No te mientas a ti mismo; eso no es amor.

Sólo es posible ser feliz cuando el amor emana de ti, cuando sientes un amor incondicional por ti mismo y te entregas por completo a ese amor. Cuando actúas de este modo, dejas de resistirte a la vida. Dejas de rechazarte a ti mismo. Ya no cargas con todos esos reproches y ese sentimiento de culpabilidad.

Sencillamente aceptas quien eres y a todas las personas tal como son. Tienes derecho a amar, a sonreír, a ser feliz, a compartir tu amor y a no tener miedo de recibirlo.

La curación se fundamenta en tres puntos muy sencillos: 
la verdad, el perdón y el amor hacia uno mismo. 

Una vez adquiridos, el mundo entero sanará y dejará de ser un hospital mental para siempre.



Extracto del libro:
LA MAESTRIA DEL AMOR
Sabiduría Tolteca
Dr. Miguel Ruiz





El perdón ocurre naturalmente cuando usted ve
que sus motivos de queja 
no tienen más propósito que reforzar 
un falso sentido de identidad,
mantener al ego en su lugar.

La enseñanza de Jesús: "Perdona a tus enemigos"
se refiere esencialmente al deshacer
una de las principales estructuras egoístas 
de la mente humana.

Sólo hay un autor del mal en el planeta:
la inconsciencia humana.

Esta comprensión es el verdadero perdón.

Con el perdón, su identidad de víctima se disuelve
y surge su verdadero poder,
el poder de la Presencia.

En vez de culpar a la oscuridad
usted trae la luz...

Eckhart Tolle


4 comentarios:

  1. Bueno, no esta mal perdonar, problema es hasta que límites.

    Bonita entrada. Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Amapola por tus conceptos!

      Desde mi perspectiva NO HAY LÍMITES!

      Jesús respondió a la pregunta de "cuantas veces Rabí, tenemos que perdonar", NO TE DIGO SIETE, SINO SETENTA VECES SIETE!

      El perdón como el Amor incondicional, tiene que ser así de sencillo, sin condiciones, sin excepciones, sin ningún tipo de consideración PERSONAL!

      Precisamente porque nos lleva a lo IMPERSONAL, a nuestro estado NATURAL, en donde somos sólo AMOR, sólo SER, UNIDAD INDIFERENCIADA!

      De niños vivimos allí naturalmente... de grandes nos cuesta regresar a ese HOGAR!!! porqué???

      Hay quien dice que el AMOR INCONDICIONAL es imposible, es inhumano.. porque no podemos amar o perdonar en este caso a un violador de menores, o a un asesino de algún ser querido, por ejemplo... y es muy cierto, desde ESE punto de vista!

      Desde el mío, sólo tomo el AMOR INCONDICIONAL como algo que YA ES EN MI, no como algo que tengo que tengo que intentar!

      No es que deba aprender a amar de esa forma, sino que YA CUENTO CON ESE AMOR, y sólo tengo que SER CONSCIENTE de la forma en que realmente estoy siendo amado!

      Acaso??? no compruebo cada día, a cada instante??? que la vida me da siempre una nueva oportunidad, que confía en mi estado interior o de consciencia, más que en mis fluctuantes estados de ánimo, por lo cuales muchas veces cometo injusticias, con los demás y más ... conmigo mismo como hijo de Dios o del Amor???

      Cuando siento que ese AMOR INCONDICIONAL me abarca totalmente... que no sólo me creó, sino que se ocupa de mí a cada instante de mi vida cotidiana (y aparentemente instrascendente), que se ocupa de mí INTEGRALMENTE... no puedo seguir pensando en mi, en mis juicios, escalas de valores, preconceptos y creencias, como para descalificar ningún ser o situación que esté presenciando!!!

      Al contrario, todo lo presencio como un MILAGRO DEL AMOR ya realizado... o en vías de realización!

      Tal vez no lo entienda totalmente, pero siento en esa Luz que llega de la misma fuente, de la única fuente que realmente existe... de la VIDA ÚNICA, de PRESENCIA UNIFICADA que llamamos DIOS EN TODO!

      Y aún las cosas más tristes, no son así por lo que son en sí mismas, sino por la poca aceptación o pobre comprensión de mi parte, como un discurrir de esa energía universal de la mejor manera posible, para el beneficio de todas las partes involucradas!

      Y como dice Eckhart Tolle... en lugar de culpar a la oscuridad... siendo conscientes de nuestra magnificencia... AYUDAMOS A TRAER LUZ sobre el asunto!

      Gracias Amapola, por permitirme aclarar este punto, con mis torpes palabras, pero con todo el amor de mi corazón!

      ABRAZO DE LUZ!

      Eliminar
  2. El perdón, querido amigo amigo y Caminante , es una hermosa muy hermosa palabra ¡ pero qué difícil es llegar a perdonar de verdad ! porque a veces , creemos que hemos perdonado a alguien y realmente no es así porque de vez en cuando ese tema nos duele , y eso quiere decir que no hemos perdonado de verdad , el rencor puede crear en nosotros un malestar enorme tanto física como emocionalmente y por eso, antes tenemos que limpiar nuestras heridas . Es el orgullo , el querer " ser más qué..." lo que nos impide perdonar , si alguien nos hace algo se enciende como una lucecíta roja dentro de nosotros que nos avisa " Cuidado con este persona , mejor la ignoro y la echo de mi vida" y eso no es perdonar . Tenemos que empezar por perdonarnos a nosotros mismos , a limpiar nuestras heridas internas para poder llegar a perdonar de verdad y de corazón . Yo aún no lo conseguí pero sigo luchando por llegar a conseguirlo.
    Gracias de todo corazón por tus aportaciones que siempre me enriquecen.
    Abrazos de Paz y de Luz ! NAMASTE

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Charo, por tus aportes llenos de sabiduría y sinceridad!

      Como dice Don Miguel, el sólo hecho de no poder ver, de no poder soportar la presencia de la persona o situación que no somos capaces de perdonar... denota un problema de CONSCIENCIA!

      Es nuestro jardín, nuestro terreno... quién más que nosotros debe mantenerlo limpio y fértil???

      Se trata sólo de cambiar la perspectiva y comenzar a ver desde otro punto de vista a la situación o al personaje, que en definitiva, no es más que de nuestra propia película, de nuestra autoría o interpretación...

      Nosotros tomamos algo de mala manera y sólo nosotros podemos remediarlo, más allá de la actitud de la otra persona o de que la situación siga apareciendo sin cambios... el cambio debe darse adentro, en nuestro corazón, como una APERTURA, como una NUEVA LUZ!

      Entonces veremos que todo lo que nos llega... nunca es una prueba... siempre es una BENDICIÓN... algo que nos conduce a SER MÁS AUTÉNTICOS... a ser más sinceros con NOSOTROS MISMOS!

      Gracias a ti por tu apoyo y por hacerme sentir tu hermano de la vida, del alma!

      ABRAZO DE LUZ Y TODA MI PAZ SEA CONTIGO POR SIEMPRE AQUÍ Y AHORA!

      Eliminar

Gracias por abrir tu corazón y convertirte en una nueva LUZ para el camino...


LEYES DEL UNIVERSO

¡Jay Ganesha!

¡Jay Ganesha!

Luces que indican el camino


Mandalas con música para relajación y meditación

Organización Sathya Sai Baba

Diseño Gráfico

Pueblos Originarios

Camino del Amor

ENTRADAS MÁS VISITADAS

OM SAI RAM

OM SAI RAM
Gracias por tu siembra, Maestro del Amor!

AYUDA AL PLANETA

AYUDA AL PLANETA
Conservación de la naturaleza

EGO vs ECO

EGO vs ECO
TODOS SOMOS UNO

Amigo es AM-ar estar cont-IGO

Amigo es AM-ar estar cont-IGO
Gracias Noemí !!!

Contenido tomado de la web

Todo lo contenido en esta pagina es parte del anima mundi que, cada uno individualmente alimentamos.
Mi gratitud a todos los autores,fotografos,creadores y blogs por sus creaciones,inspiraciones,sabiduria y amor.
Si alguien desea que sus publicaciones o creaciones sean retiradas, sólo tiene que comunicarlo y asi se hará.
Gracias Infinitas