...Y vuestros verdaderos hermanos son todos aquellos que hacen la voluntad de vuestro Padre Celestial y de vuestra Madre Terrenal, y no vuestros hermanos de sangre. En verdad os digo que vuestros verdaderos hermanos en la voluntad del Padre Celestial y de la Madre Terrenal os amarán un millar de veces más que vuestros hermanos de sangre. Pues desde los días de Caín y Abel, cuando los hermanos de sangre transgredieron la voluntad de Dios, no existe una verdadera fraternidad por la sangre. Y los hermanos actúan entre sí como extraños.
Por ello os digo, amad a vuestros verdaderos hermanos en la voluntad de Dios un millar de veces más que a vuestros hermanos de sangre...
Pues vuestro Padre Celestial es amor.
Pues vuestra Madre Terrenal es amor.
Pues el Hijo del Hombre es amor.
Por el amor el Padre Celestial y la Madre Terrenal y el Hijo del Hombre se hacen uno.
Pues el espíritu del Hijo del Hombre fue creado del espíritu del Padre Celestial, y su cuerpo del cuerpo de la Madre Terrenal.
Haceos, por tanto, perfectos como perfectos son el espíritu de vuestro Padre Celestial y el cuerpo de vuestra Madre Terrenal. Y amad así a vuestro Padre Celestial, igual que El ama vuestro espíritu. Y amad así a vuestra Madre Terrenal, igual que Ella ama vuestro cuerpo. Y amad así a vuestros verdaderos hermanos, igual que vuestro Padre Celestial y vuestra Madre Terrenal les aman.
Y entonces os dará vuestro Padre Celestial su santo espíritu, y vuestra Madre Terrenal os dará su cuerpo santo.
Y entonces los Hijos de los Hombres se darán amor unos a otros como verdaderos hermanos, el amor que recibieron de su Padre Celestial y de su Madre Terrenal; y todos se convertirán en consoladores unos de otros.
Y desaparecerá entonces de la tierra todo mal y toda tristeza, y habrá amor y alegría sobre la tierra. Y será entonces la tierra como los cielos, y vendrá el reino de Dios. Y entonces vendrá el Hijo del Hombre en toda su gloria, para heredar el reino de Dios.
Y entonces los Hijos de los Hombres dividirán su divina herencia, el reino de Dios.
Pues los Hijos del Hombre viven en el Padre Celestial
y en la Madre Terrenal,
y en la Madre Terrenal,
y el Padre Celestial y la Madre Terrenal
viven en ellos.
viven en ellos.
Y entonces con el reino de Dios llegará el fin de los tiempos.
Pues el amor del Padre celestial da vida eterna
a todo lo que está en el reino de Dios.
Pues el Amor es eterno.
El Amor es más fuerte que la Muerte.
El Evangelio Esenio
Por Bordeaux-Szekelly
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