Mientras iban de camino, le dijo uno: Te seguiré adonde vayas.
Jesús le respondió: Las zorras tienen madriguera, y los pájaros nido,
Jesús le respondió: Las zorras tienen madriguera, y los pájaros nido,
pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.
No tengo espacio, no tengo tiempo. No tengo nada, sólo Amor tengo …
Del Amor vine, al Amor vuelvo.
Lo que fui siempre, lo sigo siendo.
No tengo casa, ni parentesco. Ni pertenencias, ni pertenezco.
No llevo nada, sólo lo puesto.
No tengo donde guardar recuerdos.
No estoy en uno ni en otro cuerpo. Donde me busco, nunca aparezco.
Todo es más claro cuando me pierdo;
sin ligaduras, libre me muevo.
De nada vivo, de todo aprendo. Nunca me aferro, voy trascendiendo.
No me defino, no me defiendo.
Pues si me salvo, me estoy perdiendo.
Parezco algo, algo muy cierto; más lo aparente no es lo correcto.
Según me miran, yo los reflejo.
Soy siempre el mismo, de mí hacia dentro.
No hay diferencias de entendimiento; todo es lo mismo, todo es completo.
Mi yo aparece cuando lo siento,
pero se esfuma si al Amor vuelvo.
Nadie comprende como me siento. En este mundo no tengo tiempo,
ni acompañantes, ni compañeros,
ni más maestros, ni más sendero
que seguir libre como los vientos,
que pasan siempre sólo existiendo.
No puedo darles lo que no tengo. Ya sin palabras, marcho en silencio.
Sólo me lleva este sentimiento: Mi Amor es puro conocimiento.
No queda nada. Ya nada espero.
¡Lo he dado todo, sólo Amor tengo!
Del Amor vine, al Amor vuelvo.
Lo que fui siempre, lo sigo siendo.
No tengo casa, ni parentesco. Ni pertenencias, ni pertenezco.
No llevo nada, sólo lo puesto.
No tengo donde guardar recuerdos.
No estoy en uno ni en otro cuerpo. Donde me busco, nunca aparezco.
Todo es más claro cuando me pierdo;
sin ligaduras, libre me muevo.
De nada vivo, de todo aprendo. Nunca me aferro, voy trascendiendo.
No me defino, no me defiendo.
Pues si me salvo, me estoy perdiendo.
Parezco algo, algo muy cierto; más lo aparente no es lo correcto.
Según me miran, yo los reflejo.
Soy siempre el mismo, de mí hacia dentro.
No hay diferencias de entendimiento; todo es lo mismo, todo es completo.
Mi yo aparece cuando lo siento,
pero se esfuma si al Amor vuelvo.
Nadie comprende como me siento. En este mundo no tengo tiempo,
ni acompañantes, ni compañeros,
ni más maestros, ni más sendero
que seguir libre como los vientos,
que pasan siempre sólo existiendo.
No puedo darles lo que no tengo. Ya sin palabras, marcho en silencio.
Sólo me lleva este sentimiento: Mi Amor es puro conocimiento.
No queda nada. Ya nada espero.
¡Lo he dado todo, sólo Amor tengo!
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