¿Quién no ha tenido la experiencia de estar pensando en una persona y al rato recibir su llamado? o a la inversa, tener el impulso de llamar a alguien y enterarse de que esa persona estaba pensando en uno en ese momento?.
Como estos se podrían citar muchos ejemplos para dar cuenta de uno de los significados de este principio: que todo está conectado.
En términos del espíritu, de la información y la energía no existen separaciones, no hay fronteras ni límites, todo se conecta y comunica entre sí. Nuestra mente con nuestro cuerpo y viceversa, las personas entre sí, las personas con el medio ambiente y éste con las personas, etc.
Recibimos y emitimos información y estamos conectados espiritual y energéticamente con todo lo que nos rodea, aun cuando por distintos motivos no seamos totalmente conscientes de ello.
La telepatía y la clarividencia por ejemplo, son posibles por esta razón. Podemos recibir y emitir información de y a todo lo que nos rodea, independientemente de la distancia a la que se encuentre aquello con lo que establecemos contacto, precisamente porque no existen fronteras.
El otro sentido de este principio tiene que ver con que todo es posible, o sea, que no existen límites para las posibilidades.
En campos de la ciencia, la educación, la tecnología y la informática, existen muchos ejemplos de cosas que se consideraban imposibles y que ahora no lo son. La ciencia y la tecnología nos han permitido trascender los límites de nuestro sistema perceptual. Como todo el mundo sabe, se inventaron instrumentos que pueden captar y transmitir cosas que nuestros sentidos naturales no captan. Ahora podemos ver cosas, a través de estos instrumentos, que hasta hace un tiempo se consideraban imposibles de ver o que eran desconocidas para el hombre. Hasta hace relativamente poco tiempo se pensaba que los niños con síndrome de Down tenían muy escasa posibilidad de aprendizaje. Hoy en día con programas y métodos adecuados se está logrando que estos niños aprendan mucho más de lo que solían aprender.
La cuestión es que todo es posible si descubrimos cómo hacerlo y si mantenemos flexibles nuestras expectativas en relación a los resultados y a los métodos que empleamos.
Este principio no dice que todo es posible para un individuo en particular, en determinado tiempo, lugar y forma. Dice que todo es posible en términos más universales.
Para hacer posibles ciertas cuestiones se requiere del deseo, la dedicación y el trabajo mancomunado de un grupo de individuos. Para otras, es necesario que se den primero ciertas circunstancias para que luego otras cosas sean posibles.
La cuestión aquí es que si pensamos que algo es posible de alguna manera podemos contribuir a que lo sea, mientras que si pensamos que no lo es, no estamos colaborando para que lo sea.
En un plano más individual e interaccional la gran mayoría de las personas tienen ideas (conscientes o inconscientes) respecto de lo que pueden ser, hacer o tener en la vida que establecen límites a sus posibilidades.
Lo que es importante tener presente es que en general estos límites son sólo supuestos y no límites “verdaderos” respecto de lo que es o no posible para nosotros.
También en un plano individual todo es posible si descubrimos cómo hacerlo, es decir, cómo transformar nuestra auto imagen, nuestros pensamientos y acciones y si nos mantenemos además, flexibles en relación a nuestras expectativas, procesos y resultados.
3. La energía fluye donde va la atención.
Este principio alude a cómo es el fenómeno de la energía.
Nos dice que la misma fluye naturalmente allí donde ponemos la atención. Si dirigimos la atención a alguna parte del cuerpo, allí va la energía automáticamente.
Aquello que recibe nuestra atención se energiza, de manera que nuestros pensamientos más frecuentes son los que tienen más fuerza y poder, porque son los que reciben más atención.
Como hemos visto al referirnos al primer principio los pensamientos son energía electromagnética. Hemos dicho también que cuando los mismos tienen suficiente fuerza se manifiestan de alguna manera en lo concreto.
Este principio da cuenta precisamente de cómo es el proceso por el cual los pensamientos toman fuerza y cómo es el mecanismo por el cual le podemos dar poder a algo.
Dice que todo aquello en lo que centramos sostenidamente la atención, tanto en forma automática o voluntaria como en forma consciente o inconsciente, adquiere fuerza y prevalencia en nuestra vida.
Si ponemos mucha atención en un problema o en un malestar, éstos se acrecientan.
Si ponemos en cambio, la atención en las posibles soluciones o en el bienestar deseado, eso es lo que facilitamos.
Continuaremos en la próxima entrada ...
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