Seguidores

No me sigues... me acompañas!

SI QUIERES SEGUIR LAS PUBLICACIONES DE ESTE BLOG, SÓLO PULSA "Participar en este sitio"

No me seguirás, sino que nos haremos compañía en este tramo del camino, donde la AMISTAD es el motor y la ALEGRÍA de ser, el ritmo de la marcha.

GRACIAS POR PARTICIPAR, POR SER Y ESTAR EN EL AMOR!



Mostrando entradas con la etiqueta Sri Chinmoy. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Sri Chinmoy. Mostrar todas las entradas

viernes, 29 de agosto de 2014

Nuestro Sendero (el Corazón)



Nuestro sendero es básicamente el del corazón y no el de la mente. 
Esto no quiere decir que critiquemos el sendero de la mente. 
Ni mucho menos.

Simplemente sentimos que el sendero del corazón 
nos lleva más rápido hacia nuestra meta.

Supongamos que quiero ir a un lugar que está a mil kilómetros de distancia. 

Puedo llegar allí caminando o volando. 
Sin duda alcanzaré mi destino considerablemente antes si vuelo en un avión.

De modo similar, si empleamos nuestro corazón aspirante 
y no la mente dudosa, 
alcanzaremos mucho antes nuestro objetivo. 

El corazón es todo amor. 
La mente es a menudo toda confusión. 

Al decir corazón, nos estamos refiriendo al corazón espiritual, 
el cual está rebosante de amor divino.

El corazón es tremendamente significativo 
porque en su interior se halla la presencia viva del alma. 

Es cierto que la conciencia del alma abarca todo el cuerpo, 
pero la verdadera ubicación del alma es el interior del corazón. 

El alma tiene todo: Paz, Luz y Deleite en medida infinita.


Obtenemos estas cualidades divinas directamente desde el alma 
dentro del corazón. 

Y desde el corazón podemos llevarlas a la mente, 
al ser vital y al propio físico.

Dios es sumamente sencillo. 
Somos nosotros quienes pensamos que es complicado. 
Dios habla el lenguaje más sencillo, 
solo que nosotros no lo entendemos. 

Estamos todos sordos. 
Hemos estado sordos durante milenios. 
El pobre Dios ha estado hablando constantemente, sin cesar, 
pero nosotros no tenemos tiempo para escucharle.

Nuestro sendero es el de la sencillez. 
Un niño es sencillo: ama a su madre. 
No tiene que amar a nadie más: 
su madre es su mundo entero. 
Él se consagra a su madre. 
Si su madre le pide que haga algo, él hace caso a su madre. 
Un niño es tan sencillo que intenta hacer todo para complacer a la madre; 
y complaciendo a la madre está haciendo lo correcto 
y alcanzando su más alto objetivo.

En la vida ordinaria, cuando una persona ama a otra, 
pasa la mayor parte de su tiempo con esa persona en particular. 

Consagra su precioso tiempo a esa persona. 
Si es un amor humano verdadero –no amor divino, sino amor humano –, 
entonces algunas veces se somete a los caprichos de la otra persona, 
aún cuando estos sean absurdos. 

Se entrega porque ambos han formado un lazo externo e interno 
basado en su amor. 

De modo que cuando una persona ama a otra, 
está dispuesta a sacrificar incluso su preciosa sabiduría.

En la vida espiritual es completamente distinto. 

El amor divino nunca no ata. 
Muy al contrario, nos expande y nos libera. 

Cuando vemos y sentimos que estamos siendo liberados, 
sentimos internamente una obligación divina 
de hacer algo por nuestro Piloto Interno. 

¿Cómo podemos permanecer apartados de Aquel que nos lo ha dado todo, 
que nos ha traído el mensaje del Amor 
y la Compasión divina? 

¿Será posible no ofrecerle algo a cambio? 

Si permanecemos en la vida externa, 
únicamente intentamos asirlo y poseerlo todo, 
incluso lo que pertenece a otros. 

Pero si vivimos en el alma, 
intentamos dar constantemente todo lo que tenemos 
y todo lo que somos al Piloto Interno.


Amor divino quiere decir auto-ofrecimiento.

Pero el mero hecho de dar algo, de ofrecer algo, no es suficiente. 
Hemos de hacerlo con entusiasmo y con un intenso impulso interno. 

Damos al Piloto Interno en nosotros y en los demás.

Cuando estamos dando a los demás, 
tenemos que sentir que estamos dando a lo divino en esas personas, 
al Supremo dentro de ellas, 
el cual necesita ahora esta ayuda nuestra. 

Cuando oferecemos Amor divino a alguien 
debemos hacerlo con alegria y de todo corazón. 

Pero, mientras damos, no debemos sentir 
que le estamos haciendo un gran favor a la otra persona, 
que somos superiores por estar en condiciones de ayudarla. 

¡No! Hemos de sentir que Dios nos ha dado 
una gran oportunidad para servirle 
y deberíamos estar agradecidos a la persona 
que nos ha puesto en la situación de dar o servir al Supremo en ella. 

Tenemos que sentirnos agradecidos por haber llegado a ser 
Sus instrumentos elegidos 
cuando Él bien podría haber elegido a otros. 

Tenemos que mostrarle constante gratitud por el hecho mismo 
de que nos haya empleado a nosotros. 
Este tipo de devoción es nuestro servicio dedicado.

Después viene la entrega. 
No se trata de la sumisión de un esclavo a un amo. 

Un amo ordinario criticará al esclavo, 
sintiéndose él siempre perfecto. 
Pero en el caso del Supremo no ocurre así. 
Cuando Él trata con nosotros, 
siente que nuestras imperfecciones son Sus imperfecciones. 
Cuando encuentra fallos en nuestra naturaleza, 
Él siente que todos estos fallos son Suyos. 

A menos y hasta que seamos perfectos, 
Dios nunca sentirá que es perfecto. 

Dios es omnisciente, omnipotente 
y omnipresente; eso es cierto. 

Pero cuando se trata de la perfección manifestada sobre la Tierra, 
Dios siente que aún es imperfecto 
en mí, en ti, en todo el mundo. 

El mensaje de la perfección perfecta 
no ha despuntado aún sobre la tierra. 

Nos entregamos a Dios de todo corazón, 
sabiendo perfectamente bien que lo que tenemos es prácticamente nada 
y lo que somos es prácticamente nada. 

Si le damos a Él nuestra nada, 
devenimos un instrumento elegido del Supremo 
y permitimos que Su perfección crezca en nosotros.

Amor, plenitud y Dios, siempre van juntos. 

Dios nunca estará satisfecho con algo incompleto, 
no-realizado, no-colmado y no-manifestado. 

Él quiere de nosotros la realización, 
la revelación, la manifestación y la perfección. 

Si estas cosas no se producen durante esta vida, 
tendremos que pasar entonces por muchas más encarnaciones. 

Pero Dios no permitirá que nadie quede sin realizar 
y sin colmar. 


¡Hoy es el momento para que tú realices a Dios!

Mañana será el momento para que tu amigo realice a Dios. 
Pasado mañana será el momento para que algún otro realice a Dios. 

Hay un momento para cada persona, 
que llamamos "la Hora elegida de Dios". 

A la Hora elegida de Dios, 
una persona está destinada a realizar a Dios.

Nosotros sentimos que nuestro sendero es más fácil y más efectivo 
en el sentido de que no tenemos que leer millones de libros 
para conocer lo que es la Verdad. 

No tenemos que ejercitar nuestra mente día tras día 
para saber qué aspecto tiene la Verdad. ¡No! 

La Verdad está dentro de nosotros, 
y está clamando por salir a la superficie. 

Pero desafortunadamente hemos mantenido la puerta cerrada 
y no estamos dejando que la Verdad salga.

Sri Chinmoy




lunes, 25 de agosto de 2014

La Oración del Amor por el amor mismo

Rezo.

Rezo para llegar a ser un instrumento perfecto.

Le rezo a Dios para que me libere de ese pequeño ‘yo’ y me convierta en el gran ‘YO’, el universal. 

El ‘yo’ pequeño me dice que lo que puede hacer por mí es destruir el mundo o traer el mundo a mis pies.

El ‘YO’ universal me dice que soy de Dios y para Dios; que para Dios, el Creador, y para Dios, la Creación soy sólo amor.
  
Rezo.

Le rezo a Dios para que actúe a través de mí y por mí. Cuando actúo por mí mismo, creo constantes problemas, problemas indecibles e indescriptibles.

Pero cuando Dios actúa en mí y a través de mí, es todo un logro divino, un logro completo y perfecto.
  
Le rezo a Dios para que escoja por mí.

Cuando yo escojo, escojo un deseo inconsciente o consciente. 
Entonces llega el momento cuando conscientemente atesoro el deseo, la imperfección, la limitación y la opresión.

Conscientemente quiero permanecer en lo finito y en el lodo, en los placeres de la ignorancia.

Pero cuando Dios escoge por mí, escoge la aspiración, el llanto interno. 
Esta llama interna creciente me hace ascender muy alto, altísimo, a lo más alto, y entonces me hace descender para ofrecer el fruto de mi realización a la humanidad que aspira y espera.

Cuando Dios escoge por mí, escoge el Infinito, la Eternidad y la Inmortalidad.


El Infinito, la Eternidad y la Inmortalidad – son los términos vagos para aquellos que no aspiran. Pero para aquellos que aspiran, estas son realidades vivientes en el mismo corazón de la aspiración del buscador.
  
Rezo a Dios que me haga uno con el sufrimiento de la humanidad. 
Rezo a Dios que me haga uno con la humanidad que aspira.
Rezo a Dios que me haga uno con la humanidad iluminada.
  
Cuando le rezo a Dios para que me haga uno con la humanidad sufriente, es porque el físico en mí, al fin, está mirando la verdad de que no hay final para el sufrimiento en una conciencia física oscura. 
Cuando expando mi conciencia física, comparto y por lo tanto ilumino la carga de la tierra sufrida.
  
Pero ahora la humanidad sufrida no quiere permanecer por siempre en esa condición deplorable, así que ha comenzado a aspirar.

Cuando ella aspira, yo tengo acceso gratuito a esa aspiración, porque cuando expando mi conciencia física, llego a ser uno con la aspirante humanidad.

Entonces, cuando los sufrimientos han sido finalizados por la aspiración, cuando la humanidad está volando con las alas de la aspiración, ella entra en el mundo de la humanidad iluminada.

Es aquí, cuando llegamos a ser parte y segmento de la humanidad iluminada, que descubrimos el significado de la vida.
  
Cuando rezo, converso con Dios. 
Le digo que lo necesito. 
Dios me dice – Mi hijo, Me necesitas ahora. 
Pero Yo, siempre te he necesitado, te necesito ahora, y siempre te necesitaré. – Entonces Dios pregunta – Mi hijo, ¿me necesitas? –

Replico – Padre, te necesito porque contigo estoy seguro, contigo estoy feliz; sin Ti estoy en peligro, sin Ti estoy triste. 
– Dios dice – Hijo, te necesito para llegar a ser 'Mi Bote Soñado'. 
Te necesito para llegar a ser el permanente Río flotante de la Vida.
Te necesitaré para llegar a ser la Orilla Dorada de Mi  siempre-transcendental Más Allá.

Cuando rezo en alta voz, mi oración no es expresiva, y no puedo oír la débil Voz de Dios. 
Pero cuando rezo en silencio, cuando rezo expresivamente, escucho la poderosa Voz de Dios clara y notablemente.

Cuando le rezo a Dios porque tengo temor, mi oración temerosa no alcanza la puerta de Dios.

Pero cuando le rezo con amor, mi oración alcanza cada Corazón de Dios.

Mi oración amorosa me coloca a los mismos pies de Dios, mi Cielo eterno.

Mi oración es un magneto y el interés de Dios es otro magneto. Cuando rezo, mi oración magnetizada alcanza lo Superior y atrae a Dios a la misma respiración de mi conciencia terrenal.

En ese momento, Dios me ofrece lo que Él es eternamente: la Sonrisa Inmortal.

Y cuando el magneto del Interés de Dios me atrae ascendentemente, le doy a Él lo que siempre he sido: mi llanto interno, el llanto interno del milenio.

Cuando alcanzo lo Supremo de la fuerza de mi oración, Dios me hace el Sueño-realizado de su Realidad. Es nuestra mutua entrega lo que nos hace inseparables.

A través de mi oración, le ofrezco a Dios todo lo que tengo y todo lo que soy: Ignorancia. Y a través de Su Compasión, Dios me ofrece lo que tiene y lo que es: la Paz, la Luz, y la Bienaventuranza Divina que por siempre fluye.

En el mundo Occidental, usamos el vehículo de la oración para alcanzar el Supremo.

En el mundo Oriental, especialmente en la India, usamos el vehículo de la meditación. Ambas son de importancia suprema; ambas son igualmente valiosas.

La oración y la meditación, nos darán el mismo resultado garantizado, ambas son espirituales.

Pero tenemos que conocer lo que actualmente pasa cuando rezamos al igual que cuando meditamos, aunque el resultado es el mismo. 

Cuando rezamos, sentimos que Dios es Él que escucha, y nosotros hablamos.

Nosotros gemimos desde adentro, y Dios escucha nuestro gemido y nos consuela.

Nuestra oración es nuestra conversación con Dios.

Pero cuando meditamos, vaciamos nuestras mentes y purificamos nuestros corazones y llegamos a ser la receptividad misma.

En ese momento, Dios el Invitado, el eterno Invitado, entra en nosotros y se sienta en el trono de nuestros corazones.

Cuando esto pasa, Dios habla y nosotros escuchamos.

En esta forma la conversación es siempre perfecta.

En la oración, nosotros hablamos y Dios escucha; y en la meditación, Dios habla y nosotros escuchamos.

Recemos; Dios está sujeto a escuchar nuestras oraciones, nuestro gemido interno.

Meditemos; nosotros estamos sujetos a escuchar la Voz de Dios, Su Voz interna.

La oración nos dice que somos para Dios, para Dios solamente.
La meditación nos dice que somos de Dios, solamente de Él.

Fue a través de poder de la meditación, la meditación del alma, que el alma descendió en el mundo físico.

Y ahora el alma regresará a su propia Altitud Transcendental a través de su oración.


El alma llega a ser una con la oración dirigida desde la tierra, y esta oración que la tierra dirige eventualmente crece en la liberada comprensión del Cielo.

Recemos; Dios nos escucha.
Meditemos; escucharemos la Voz de Dios.

Cuando rezamos, Dios llega a ser nuestro Amado Supremo y nosotros Su Amante eterno.

Cuando meditamos, llegamos a ser el Amante de Dios y Él nuestro Amado Divino y Supremo.


 Sri Chinmoy

Traducido al Español por la Rev. Yin Zhi Shakya, OHY


LEYES DEL UNIVERSO

¡Jay Ganesha!

¡Jay Ganesha!

Luces que indican el camino


Mandalas con música para relajación y meditación

Organización Sathya Sai Baba

Diseño Gráfico

Pueblos Originarios

Camino del Amor

ENTRADAS MÁS VISITADAS

OM SAI RAM

OM SAI RAM
Gracias por tu siembra, Maestro del Amor!

AYUDA AL PLANETA

AYUDA AL PLANETA
Conservación de la naturaleza

EGO vs ECO

EGO vs ECO
TODOS SOMOS UNO

Amigo es AM-ar estar cont-IGO

Amigo es AM-ar estar cont-IGO
Gracias Noemí !!!

Contenido tomado de la web

Todo lo contenido en esta pagina es parte del anima mundi que, cada uno individualmente alimentamos.
Mi gratitud a todos los autores,fotografos,creadores y blogs por sus creaciones,inspiraciones,sabiduria y amor.
Si alguien desea que sus publicaciones o creaciones sean retiradas, sólo tiene que comunicarlo y asi se hará.
Gracias Infinitas