LA VERDAD: ¿RELATIVA O ABSOLUTA?
Más allá del ámbito de los hechos simples y verificables,
la certeza de que "yo tengo la razón y los demás están equivocados"
es peligrosa en las relaciones personales
y también en las relaciones entre las naciones,
las tribus, las religiones y demás.
Pero si la idea de que "yo tengo la razón y los demás están equivocados"
es uno de los medios de los que se vale el ego para fortalecerse,
si considerar que tenemos la razón atribuyendo a otros el error
es una disfunción mental que perpetúa la separación
y el conflicto entre los seres humanos,
¿quiere decir entonces que no se puede hablar de creencias,
comportamientos o actos buenos y malos?
¿Y no sería ése el relativismo moral al cual algunas enseñanzas cristianas
consideran el gran mal de nuestro tiempo?
Claro está que la historia del cristianismo es un ejemplo
de cómo la idea de ser los únicos poseedores de la verdad,
es decir, los únicos en tener la razón,
puede corromper los actos y el comportamiento
hasta el punto de la locura.
Durante siglos se pensó que estaba bien torturar
y quemar vivas a las personas cuyas opiniones se apartaban
aunque fuera ligeramente de la doctrina de la Iglesia
o de las interpretaciones miopes de las Escrituras ("la Verdad")
porque las víctimas estaban en "el error".
Era tan grande su error que debían perecer.
La Verdad adquiría preeminencia sobre la vida humana.
¿Y cuál era esa Verdad?
Una historia en la cual había que creer, es decir,
un paquete de pensamientos.
....
La Iglesia católica y otras iglesias en realidad están en lo cierto
cuando identifican el relativismo,
la idea de que no hay una verdad para guiar la conducta humana,
como uno de los males de nuestro tiempo.
El problema es que no se puede encontrar la verdad absoluta
donde no está:
en las doctrinas, las ideologías, las normas o los relatos.
¿Qué tienen todos ellos en común?
Están hechos de pensamientos.
En el mejor de los casos,
el pensamiento apenas puede señalar la verdad,
el pensamiento apenas puede señalar la verdad,
pero nunca es la verdad.
Es por eso que los budistas dicen que
"El dedo que señala a la luna no es la luna".
dependiendo de cómo se las utilice.
Se las puede utilizar al servicio del ego o al servicio de la Verdad.
Si creemos que solamente la nuestra es la religión verdadera,
la estamos usando a favor del ego.
Utilizada de esa manera, la religión se convierte en una ideología,
crea un sentido ilusorio de superioridad
y siembra la división y la discordia entre la gente.
Cuando están al servicio de la Verdad,
las enseñanzas religiosas representan señales o mapas
del camino dejadas por los seres iluminados
para ayudarnos en nuestro despertar espiritual,
es decir,
para liberarnos de la identificación con la forma.
Solamente hay una Verdad absoluta
de la cual emanan todas las demás verdades.
Cuando hallamos esa Verdad, nuestros actos ocurren en armonía con ella.
Los actos humanos pueden reflejar la Verdad o la ilusión.
¿Puede la Verdad ponerse en palabras?
Sí, pero las palabras no son la Verdad.
Sólo apuntan a ella.
La verdad es inseparable de nosotros mismos.
Sí, usted es la Verdad.
Si la buscamos en otra parte, sólo encontrará desilusión.
Ese Ser que somos cada uno de nosotros es la Verdad.
Jesús trató de comunicarla cuando dijo,
"Soy el camino, la verdad y la vida".
Estas palabras de Jesús apuntan poderosa y directamente a la Verdad,
cuando las interpretamos correctamente.
Sin embargo, si las interpretamos equivocadamente,
se convierten en un gran obstáculo.
Jesús habla de ese "Yo Soy" más profundo,
de la identidad esencial de cada hombre y de cada mujer,
de todas las formas de vida en realidad.
Algunos místicos cristianos han hablado del Cristo interior;
los budistas hablan de nuestra naturaleza de Buda;
para los hindúes es atman,
el Dios que mora en nosotros.
el Dios que mora en nosotros.
Cuando estamos en contacto con esa dimensión interior
(y estar en contacto es nuestro estado natural, no un logro milagroso)
todos nuestros actos y relaciones reflejan la unicidad
con toda la vida que intuimos en el fondo de nuestro ser.
Ese es el amor.
Las leyes, los mandamientos, las reglas y las normas
son necesarias para quienes están separados de su esencia,
de la Verdad que mora en ellos.
Sirven para prevenir los peores excesos del ego
y a veces ni siquiera eso logran.
San Agustín dijo, "Ama y haz tu voluntad".
No hay palabras que se acerquen más a la Verdad que esas.
gracias Willy siempre me sorprenden tus escritos... me alertan y me dan paz en el alma... graciasssssssss con amor Rita
ResponderEliminarGracias a ti Rita!
EliminarGracias por la devolución y por compartir esa paz del alma que sólo puede provenir de un verdadero conocimiento del Amor verdadero!
Gracias por tu ser, por ser tú, por ser Amor!
_/\_
conceptos más...conceptos menos... (y parafraseandote)
ResponderEliminarTODO ES AMOR!!!!
Om Sai Ram
Gracias Maestro Santosham!
EliminarComo ve, no sólo es mi locura, sino la de muchos... esto de creer sólo en el Amor, a pesar del mundo!
Conceptos y pensamientos no están del todo mal, siempre que se alineen al verdadero dueño del lugar... y Él (y sólo Él) realmente los considere necesarios...
Tantas veces quemamos nuestra fuerza vital en sinsentidos, que el Maestro mismo tiene que recordarnos una y otra vez, que sentimientos y pensamientos tienen que armonizarce entre sí, y luego entregarse al fin último... para no perderse!
Gracias por su presencia y recordar al Maestro en mi humilde morada!
OM SAI RAM!