¿Qué haces cuando escuchas una sinfonía?
Escuchas cada nota,
te deleitas en ella y la dejas pasar,
sin buscar la permanencia de ninguna de ellas,
pues en su discurrir está la armonía,
siempre renovada
y siempre fresca.
En el amor, es igual.
En cuanto te agarras a la permanencia,
destruyes toda la belleza del amor.
No hay pareja ni amistad
que esté tan segura
como la que se mantiene libre.
El apego mutuo, el control,
las promesas y el deseo
te conducen inexorablemente a los conflictos
y al sufrimiento
y, de ahí, a corto o largo plazo,
a la ruptura.
Porque los lazos que se basan en los deseos
son muy frágiles.
Los deseos te hacen siempre vulnerable.
Sólo es eterno lo que se basa en un amor libre.
Anthony de Mello
LIBERA AMOR
Libera lo que amas,
no lo dudes,
no lo destierres del más puro amor.
No lo encierres entre razonamientos,
ni en lo que es lo correcto o lo mejor.
Líbralo de luchar con preconceptos.
Déjalo ser así como nació …
Déjalo ir como llegó a tu vida
y no podrás negar que allí llegó,
porque ella se habrá visto enriquecida
por un sentir mayor que la razón,
por una vibración que no termina,
que no crece ni cumple una función,
que no tiene que hallar una salida,
porque ya es libre por definición.
Encuentra que ese Amor te da la vida,
y vívelo en continua comunión.
Transfórmate en su cauce, en su caída,
pero nunca en su dique o contención.
Déjalo que se escurra entre tus manos,
para que no sea objeto de tu amor,
pues el Amor así desfigurado
se divide en lo propio y lo exterior,
nace el miedo a perder al ser amado,
parece depender de una intención,
se condiciona a un fin determinado,
a no perder ninguna posición,
y así se desvanece, se suicida,
se limita a una idea, a una obsesión,
a una obtención, a un logro o a un deseo
que no hallará jamás satisfacción.
El Amor como el Ser,
tan sólo existe,
si llega a una total realización,
si no,
sólo se pierde en devaneos,
en sueños,
en mentira,
en ilusión.
Que el Amor no se reduzca a la persona,
que el ego no se vuelva su extensión.
Que no se mezcle con necesidades
que no son propias de su condición.
Que el ser regrese siempre a lo infinito.
Que vuelva hacia su esencia o interior.
Sin pretender que Él se adapte al hombre,
sino el hombre a ser libre como Dios.
Libera lo que amas,
no lo mates,
no lo reduzcas a una imitación.
No lo veas como algo diferente,
libérate de ser su poseedor …
¡Libéralo y revive la alegría
de compartir un solo corazón!
-Willy-