lunes, 1 de agosto de 2016

AMAR IGUAL


Un día, Buda estaba paseando tranquilamente 
cuando Devadatta, (primo y enemigo férreo), 
le arrojó una pesada roca 
desde la cima de una colina 
con la intención de acabar con su vida. 


La roca cayó al lado del Buda 
y Devadatta no pudo conseguir su objetivo. 

Buda se dio cuenta de lo sucedido 
y se mantuvo impasible, 
sin perder la sonrisa de los labios.


Días después, el Buda se encontró con su primo 
y lo saludó afectuosamente.

Muy sorprendido, Devadatta preguntó:
– ¿No estás enfadado, señor?
-No, claro que no.

Sin salir de su asombro, inquirió:
-¿Por qué?

Y el Buda dijo:
- Porque ni tú eres ya el que arrojó la roca, 
ni yo soy ya el que estaba allí cuando me fue arrojada.

Para el que sabe ver, 
todo es transitorio; 
para el que sabe amar, 
todo puede ser olvidado.



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