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miércoles, 31 de agosto de 2011

ENFERMEDAD Y EVOLUCIÓN


El hombre posee un ser independiente del tiempo que, desde luego, 
tiene que ser realizado y asumido conscientemente
en el transcurso del tiempo. 

A este modelo interior se llama el ser. 
La trayectoria vital del individuo es el camino 
que debe recorrer hasta encontrar este ser que es símbolo del todo. 

El hombre necesita «tiempo» para encontrar esta totalidad, 
y, no obstante, está ahí desde el principio. 

Precisamente aquí reside la ilusión del tiempo: 
el individuo necesita tiempo para encontrar lo que siempre ha sido. 

(Cuando algo resulte difícil de entender,
hay que volver a los ejemplos tangibles: 
en un libro está toda la novela a la vez, 
pero el lector necesita tiempo para enterarse 
de toda la acción que ha estado ahí desde el principio). 

Llamamos a este proceso «evolución». 
La evolución es la realización consciente 
de un modelo que ha existido siempre
(es decir, intemporal). 

En este camino hacia el conocimiento de uno mismo, 
continuamente surgen obstáculos y espejismos 
o—dicho de otro modo—uno no puede o no quiere ver 
una parte determinada del modelo. 

A estos aspectos no asumidos, los llamamos la «sombra». 
La sombra denota su presencia 
y se realiza por medio del síntoma
de la enfermedad. 



RESUMEN DE LA PRIMERA PARTE

1. La conciencia humana es polar. Esto, por un lado, nos da discernimiento y, por otro, nos hace incompletos e imperfectos.

2. El ser humano está enfermo. La enfermedad es expresión de su imperfección y, en la polaridad, es inevitable.

3. La enfermedad del ser humano se manifiesta por síntomas. Los síntomas son partes de la sombra de la conciencia que se precipitan en la materia.

4. El ser humano es un microcosmos que lleva latentes en su conciencia todos los principios del macrocosmos. Dado que el hombre, a causa de su facultad de decisión, sólo se identifica con la mitad de principios, la otra mitad pasa a la sombra y se sustrae a la conciencia del hombre.

5. Un principio no vivido conscientemente se procura su justificación de existencia y de vida a través del síntoma corporal. En el síntoma el ser humano tiene que vivir y realizar aquello que en realidad no quería vivir. Así pues, los síntomas compensan todas las unilateralidades.

6. ¡El síntoma hace sincero al ser humano!

7. En el síntoma el ser humano tiene aquello que le falta en la conciencia.

8. La curación sólo es posible cuando el ser humano asume la parte de la sombra que el síntoma encierra. Cuando el ser humano ha encontrado lo que le faltaba, huelgan los síntomas.

9. La curación apunta a la consecución de la plenitud y la unidad. El hombre está curado cuando encuentra su verdadero ser y se unifica con todo lo que es.

10. La enfermedad obliga al ser humano a no abandonar el camino de la unidad, por ello LA ENFERMEDAD ES EL CAMINO DE LA PERFECCIÓN.




LA  ENFERMEDAD  COMO  CAMINO
THORWALD  DETHLEFSEN y RÜDIGER  DAHLKE
Título original:  Krankheit als Weg

lunes, 29 de agosto de 2011

Porque te amo, estoy aquí

Estoy aquí

¿Me necesitas? Estoy aquí.
No puedes verme, y sin embargo
soy la luz por la cual ves.

No puedes sentirme, y sin embargo
soy el poder que trabaja en tus manos.

Estoy trabajando, aunque tú no
reconozcmas mis obras.

No soy extrañas visiones...
No soy misterios...

Sólo en la quietud absoluta
mas allá del ser
puedes conocerme
como soy.

Y sin embargo, estoy aquí...
y sin embargo escucho...
y sin embargo respondo.

Cuando me necesitas estoy aquí.

Aún si me niegas, estoy aquí.

Aún cuanto te sientas completamente solo, estoy aquí.

Aún en tus miedos y en tu dolor,
estoy aquí.

Estoy aquí cuando rezas
y cuando no rezas.

¡Estoy en ti y tú estás en mí!

Sólo en tu mente 
puedes sentirte separado de mí.

Porque sólo en tu mente 
están las tinieblas de lo tuyo y lo mío.

Y aún así, sólo con tu mente 
puedes conocerme y experimentarme.

¡Vacía tu corazón de temores vacíos!

Sólo en Mí el mundo tiene sentido...
Sólo en Mí, el mundo toma su forma.

Soy la ley sobre la cual el movimiento de las estrellas
y el crecimiento de las células vivas
están fundados.

Soy el amor por el cual la ley se cumple.

Soy la seguridad.

Soy la paz.

Soy la Unidad.


Soy el amor al cual te puedes aferrar.

YO SOY

Aunque tú falles al encontrarme...
Yo a ti no te fallaré.

Aunque tu fe en mi sea inestable...
La mía en ti es inconmovible.

Porque te conozco.
¡Porque te amo!

Amado mío, 
estoy aquí.

Dillet Freeman.

sábado, 27 de agosto de 2011

Oración para aprender a amar


Señor, cuando tenga hambre, 
dame alguien que necesite comida;

Cuando tenga sed, 
dame alguien que precise agua;

Cuando sienta frío, 
dame alguien que necesite calor.

Cuando sufra, 
dame alguien que necesita consuelo;

Cuando mi cruz parezca pesada, 
déjame compartir la cruz del otro;

Cuando me vea pobre, 
pon a mi lado algún necesitado.

Cuando no tenga tiempo, 
dame alguien que precise de mis minutos;

Cuando sufra humillación, 
dame ocasión para elogiar a alguien;

Cuando esté desanimado, 
dame alguien para darle nuevos ánimos.

Cuando quiera que los otros me comprendan, 
dame alguien que necesite de mi comprensión;

Cuando sienta necesidad de que cuiden de mí, 
dame alguien a quien pueda atender;

Cuando piense en mí mismo, 
vuelve mi atención hacia otra persona.

Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros hermanos;

Dales, a través de nuestras manos, no sólo el pan de cada día, 
también nuestro amor misericordioso, 
imagen del tuyo.


Madre Teresa de Calcuta

jueves, 25 de agosto de 2011

AMOR, la verdadera religión

¿Sabe usted qué es la religión?
... La religión es el sentimiento de la bondad, 
de ese amor que es como el río, 
vital, moviéndose permanentemente.

En ese estado encontrará usted 
que llega un momento en que ya no hay más ninguna búsqueda; 
y esta cesación total de la búsqueda 
es el principio de algo totalmente diferente.

La búsqueda de Dios, de la verdad,
el sentir que uno es totalmente bueno... 

No el cultivo de la bondad, de la humildad, 
sino la aspiración a algo más allá de todas las invenciones 
y todos los trucos de la mente, 
lo cual implica tener una percepción de ese "algo", 
vivir en ello, 
serlo... 

¡Eso es verdadera religión!


Pero usted puede hacer eso únicamente 
cuando abandona el pozo que ha cavado para sí mismo 
y penetra en el río de la vida.

Entonces la vida tiene una manera asombrosa de cuidarte, 
porque entonces usted no se cuida a sí mismo. 
La vida le lleva donde ella quiere, 
porque usted forma parte de ella misma.

Entonces no hay problema de seguridad, 
de lo que gente dice o deja de decir, 
y ésa es la belleza
de la vida.


Jiddu Krishnamurti

martes, 23 de agosto de 2011

FELICES LOS QUE AMAN

La felicidad y el amor van juntos,
pero no producen emociones, ni excitación,
porque esto es enemigo de la felicidad.

Tampoco producen aburrimiento, 
porque la felicidad nunca harta
cuando es de verdad, felicidad.

Y no harta porque existe
donde no existe el yo.

La felicidad es un estado de continua conciencia.

Si tú eres consciente de una cosa,
la puedes controlar siempre
y verla tal cual es.

Si no eres consciente, esa cosa te domina.

Sólo si amas serás feliz, y sólo amarás si eres feliz.

Y amar es un estado
que no elige a quién amar,
sino que ama
porque no puede hacer otra cosa,
porque es amor.

Oír un solo instrumento en la sinfonía del amor,
es privarse de la armonía del concierto.

Amar es escucharlos todos.

Sólo si amas serás feliz,
y sólo amarás si eres feliz.


AUTOLIBERACIÓN INTERIOR
ANTHONY DE MELLO








 "Hoy sólo quiero amar"

Hasta ayer era un hombre preparado, 
dispuesto a todo con tal de gustar.
Más que nada buscaba ser buscado, 
más que todo buscaba impresionar;
hasta ayer yo quería ser amado ... 
¡Hoy sólo quiero amar !

Hasta ayer me moría por su agrado, 
me interesaba sólo descollar.
De igual modo sufría los agravios, 
vivía en la opinión de los demás;
hasta ayer yo quería ser amado ... 
¡Hoy sólo quiero amar !

Hasta ayer me esmeraba en alegrarlos, 
por ser su preferido y nada más.
Tal vez porque temía no encontrarlos 
en mi triste y oscura soledad,
quería verme siempre acompañado 
para no enfrentarme a la unidad;
hasta ayer yo quería ser amado ... 
¡Hoy sólo quiero amar !

Hasta ayer era amado y respetado, 
tan mundano era fácil de aceptar,
les mostraba mi pobre ser humano 
y nadie se podía a incomodar...
Hoy que presento un ser purificado 
el mundo no comprende mi verdad;
hasta ayer yo quería ser amado ... 
¡Hoy sólo quiero amar !

Hoy quiero ser yo mismo para amarlos, 
no importa lo que puedan opinar.
No interesa si llegan a aceptarlo 
porque sé que el Amor nunca hace mal.
Y aunque crean que en mí todo ha cambiado, 
en verdad... ¡he dejado de cambiar!

...Porque ahora no espero ser amado, 
ni tengo más posturas que intentar,
nunca más sufriré ser rechazado, 
nunca más moriré por agradar;
hasta ayer yo quería ser amado ... 
¡Hoy sólo quiero amar !

Por eso hoy prefiero darles algo 
pero esta vez tendrá que ser verdad,
por suerte ya no tengo que engañarlos, 
(por fin estoy en plena libertad)
ya no preciso premios, ni adelantos, 
¡hoy necesito solamente dar!
y en la felicidad que les comparto, 
quiero que todos sientan la Verdad,
de que para sentirnos bien amados: 
¡Sólo hace falta amar!

-Willy-


domingo, 21 de agosto de 2011

El Simple Arte de Bendecir

Al despertar, bendice tu jornada, 
porque está ya desbordando una abundancia de bienes 
que tus bendiciones harán aparecer. 

Porque bendecir significa reconocer el bien infinito 
que forma parte integrante de la trama misma del universo. 

Ese bien lo único que espera es una seña tuya para poder manifestarse.

Al cruzarte con la gente por la calle, el auto, en tu lugar de trabajo, bendice a todos. 

La paz de tu bendición será la compañera de su camino, 
y el aura de su discreto perfume será una luz en su itinerario.  

Bendice a los que te encuentres, 
derrama tu bendición sobre su salud, su trabajo, su alegría, 
su relación con Dios, con ellos mismos y con los demás. 

Bendice a todos en todas las formas imaginables, 
porque esas bendiciones no sólo esparcen las semillas de la curación, 
sino que algún día brotarán como otras tantas flores de gozo 
en los espacios áridos de tu propia vida. 

Bendice tu ciudad, tus gobernantes y a todos como los educadores, 
enfermeras, barrenderos, sacerdotes y prostitutas. 

Cuando alguien te muestre la menor agresividad, cólera o falta de bondad, 
responde con una bendición silenciosa. 

Bendice totalmente, sinceramente, gozosamente, 
porque esas bendiciones son un escudo 
que los protege de la ignorancia de sus maldades, 
y cambia de rumbo la flecha que te han disparado.


Bendecir significa desear y querer incondicionalmente, 
totalmente y sin reserva alguna el bien ilimitado 
–para los demás y para los acontecimientos de la vida-  
haciéndolo aflorar de las fuentes mas profundas y más íntimas de tu ser. 

Esto significa venerar y considerar con total admiración 
lo que es siempre un don del Creador, sean cuales fueren las apariencias. 

Quien sea afectado por tu bendición 
es un ser privilegiado, consagrado, entero. 

Bendecir, significa invocar la protección divina sobre alguien o sobre algo, 
pensar en él con profundo reconocimiento. 

Significa también llamar a la felicidad para que venga a él.

Bendecir significa reconocer una belleza omnipresente, 
oculta a los ojos materiales. 

Es activar la ley universal de la atracción que, desde el fondo del universo, 
traerá a vuestra vida exactamente lo que necesitas en el momento presente para crecer, 
avanzar y llenar tu vida de gozo.

Es imposible bendecir y juzgar al mismo tiempo. 

Mantén en ti ese deseo de bendecir como una incesante resonancia interior 
y como una perpetua plegaria silenciosa, 
porque de este modo serás de esas personas que son artesanos de la paz, 
y un día descubrirás por todas partes 
el rostro mismo de Dios.

Y por encima de todo, 
no te olvides de bendecir 
a esa persona maravillosa, 
absolutamente bella 
en su verdadera naturaleza 
y tan digna de amor, 
que eres tú mismo.
 

Pierre Pradervand - El arte de bendecir

jueves, 18 de agosto de 2011

De la depresión al Amor

Una famosa frase dice "no estás deprimido, estás distraído"... Pero, es chiste acaso? La falta de atención puede provocar un estado tan negativo como la depresión?

Análogamente visto...Distraído, ausente, desatendido de tí mismo, de tu verdad esencial, vital, de tu ser natural, espontáneo, de lo que eres en el corazón...

Puede que suene cursi, simplista para tu corazón a oscuras, que es tu conciencia tapada de prejuicios y preconceptos sobre la realidad, pero es fundamental reconocerte como algo real y concreto, algo con base, con asidero, con presencia (eterno); es básico y vital dejar de identificarte con ideales o imagenes superpuestas desde el afuera, desde tu entorno, cultura, tradición, educación, etc..

Tienes que aceptar antes que nada que estás desubicado al indentificarte con algo irreal, circunstancial, transitorio, superficial, imaginado (instrascendente).

Importa qué eres y cómo eres, más que el porqué...

El único simple motivo, si lo necesitás en este momento, es ése simplismo; la distracción, basarte en la ilusión del individuo separado de todo, el fijar tu atención en lo que no eres, en lo que parece, en lo mental.

Las cosas no son buenas o malas en sí mismas... Es en la valoración que tú le diste, que tu predisposicón hace de ellas lo que las califica.

El observador es lo observado.

El observador produce el efecto y genera nuevas causas y cadenas de acontecimientos que prolongan su propio sufrimiento y esclavitud con ese sentimiento de carencia total y afectiva, a partir de sus juicios de valor, de sus preconceptos sobre los hechos de la vida en los que no puede ni debe intervenir.

Eso es lo que te deprime... Esa actitud desorientada en cuanto a la capacidad de control y protagonismo que posees, es lo que genera ese vacío gigantezco de significado y despropósito.

Has perdido el foco, te has perdido de vista a ti mismo.

Nunca hubo un propósito. La Vida que se expresa a través de ti es un propósito en si misma... ¡Tú eres el único propósito real de tu existencia!

El medio vaso lleno de tu vida no debes considerarlo en cuanto a la cantidad, sino a la calidad del contenido.

Son los valores que están en ti los que califican tu existencia.


... Y los tienes, están en ti, en tu naturaleza profunda, son la base en la que se apoya todo tu ser, en sus tres aspectos físico, mental y espiritual (nombre genérico que se aplica a esos valores esenciales e irrenunciables que te mantienen siempre en unidad con todo lo que existe en el universo).

Si no tuvieras esos valores no estarias aquí, leyendo esto, y fundamentalmente no te sentirías desconectado o desintegrado interiormente.

También puedes indagar a la inversa, sobre el real valor del medio vaso vacío; sobre esas carencias, deseos incumplidos y faltantes, que son sólo proyecciones de tu memoria incompleta, de tu olvido de la realidad de fondo, de tu falta de ubicación o de equilibrio en cuanto lo que realmente eres.

Pregúntate si realmente son tan importantes o esenciales para tu vivir... Lo natural no requiere un esfuerzo para obtenerse, ni resulta una carga una vez que es reconocido... Lo que obtuviste con esfuerzo y mantienes con tezón, no te pertenece, no es tuyo en realidad, es adquirido y tarde o temprano lo perderás... Y tendrás que devolverlo a su fuente, a su verdadero dueño.

Por eso, abandona ya mismo la distracción, la confusión sobre quién eres realmente y vuélvete sobre lo que es natural para ti... Apóyate en tu esencia, recupera el equilibrio vital, endereza tu perspectiva y mírate a ti mismo desde otro punto de vista, no individual, sino total, unificado con todo lo que te rodea... Entonces cambiarán abruptamente tus conclusiones sobre lo real y lo irreal... O al menos dejarán de concluir, de limitarse, de encerrarse entre conceptos de otros, heredados o asumidos en forma errónea.

Por eso decimos que debes eliminar la distracción, recuperar la visión correcta, la claridad que tú mismo eres capáz de descubrir, el amor por ti mismo, tan necesario para recrear el suficiente espacio (luz) interior y desde esa apertura reconsiderar la inconmensurable valía de tu propia vida.

Otra vez, no te sientas cursi o conformista, el camino del Amor es volver a centrarte en la principal riqueza que posees, desde tu cuna, en tu verdadero capital, el que trajiste a la vida para desarrollar... Tu consciencia, tu hermoso corazón, el que usabas tan naturalmente como bandera y escudo en tu primera infancia.

Eres un ser de luz, un ser claro, abierto a todo lo que existe, esencialmente... Ésa es tu real naturaleza y no todo lo que fuiste asumiendo desde entonces.

Eres un sol que ha venido a la tierra a iluminarla, y una vez aquí ha olvidado su origen, su misión, su verdadero ser... se ha distraído.

No importa mucho la razón, ni el porqué de semejante pérdida, porque no es una pérdida real, ya que lo que eres no puede serte quitado ni arrancado por circunstancia alguna, y eso a la vez, hace que no te sientas bien con tu actual estado, que sufras el desfazaje, el desequilibrio entre ser y estar... entre tu esencia y tu estado actual.

Si importa que te mires a ti mismo nuevamente, con una mente nueva, clara, purificada de la memoria y de los sueños que no te merecen, de las proyecciones que te impusiste desde las limitaciones que fuiste asumiendo durante tu amnesia.

Importa que reconsideres que antes que nada y después de todo, eres ese AMOR UNIVERSAL, que desde tu interior intenta proyectarse para despertarte, para realinearte, para llamar tu atención y que dejes de vivir distraído, confundido, desorientado.

Sólo somos Amor después de todo... Sólo hay AMOR antes que nada.

No temas al dolor... ¡Abrázalo como a una bendición! ... El dolor te vuelve más humano, más cercano, más real.

¡Tu dolor es AMOR abriéndose camino!

Mírate a ti mismo en ese AMOR y sabe que tu ser no es negociable, ni transferible...

Tu ser no es social, sino ESENCIAL!

Vuelve a tu naturaleza, vuelve a integrarte al todo, vuelve a reconocerte como el UNO...

¡Vuelve a Casa hermano, no estás deprimido, sólo algo distraído... pero estás aquí... por siempre en mi corazón!



-Willy-





Amigos: Hoy se cumple un año de la apertura de este espacio y de haberme encontrado con gente tan maravillosa como ustedes, como todos los que me siguen y acompañan día a día...

Mi forma de festejarlo es con estas palabras de puño y letra, humildemente dedicada a mis hermanos más necesitados, de Amor sobre todo, de fe y esperanza... y como un auto-regalo agregar este video de Facundo, un maestro del ser y del decir, un ejemplo de vida.

Lo único que puedo decirles a todos es un GRACIAS enorme por haberme acompañado, apoyado y superado en mis expectativas, para que el CAMINO DEL AMOR siga creciendo y fluyendo siempre hacia la UNIDAD, hacia la LUZ UNIVERSAL que todos compartimos.

¡QUE ASÍ SEA, HOY Y SIEMPRE... en ustedes YO SOY... y ustedes por siempre en mi corazón!


lunes, 15 de agosto de 2011

El sendero con corazón (Carlos Castaneda)

Cada cosa es un sendero entre un millón. Por lo tanto, tú debes siempre recordar que un sendero es sólo eso: una senda. 

Si sientes que no debes seguirlo, no deberás permanecer en él bajo ningún tipo de condiciones.

Para poseer tal claridad, deberás llevar siempre una vida disciplinada. Sólo entonces llegarás a saber que una senda es sólo una senda, y que no debe haber afrenta para ti ni para otros por abandonarla, si eso es lo que tu corazón te pide. 

Pero tu decisión de seguir en la senda o de abandonarla, deberá estar libre de temores y ambiciones.

Te advierto. Debes mirar cada sendero con mucha atención. 

Pruébalo tantas veces como lo creas necesario. Luego pregúntate a ti, y a ti solamente, una pregunta. Esa pregunta es una que sólo haría un hombre de mucha edad. 

Mi benefactor me la hizo cuando yo era joven y mi sangre era muy vigorosa para que la entendiera. Ahora la comprendo y te la repetiré. ¿Tiene corazón este sendero?

Todas las sendas son iguales; no conducen a ninguna parte. Son senderos que cruzan el matorral o se internan en el matorral. En mi propia vida puedo afirmar que he recorrido senderos largos, muy largos, pero no he llegado a ninguna parte. 

La pregunta de mi benefactor tiene ahora sentido. ¿Tiene corazón este sendero? 

Si lo tiene, el sendero será bueno. Si no, no sirve.

Ambos senderos conducen a ninguna parte, pero uno tiene corazón y el otro no. 

Uno significará un viaje alegre; mientras lo recorras, serás parte de él. 
El otro puede arruinar tu vida. Uno te hará fuerte; el otro te debilitará.

El problema es que nadie se hace la pregunta, y cuando un hombre termina por comprender que ha seguido un sendero sin corazón, dicho sendero ya está por matarlo. 

En ese punto, son pocos los hombres que pueden detenerse a pensar y abandonar el sendero.

Una senda sin corazón nunca podrá ser disfrutada. 

Tendrás que esforzarte incluso para recorrerla. En cambio, una senda con corazón es fácil, no te obligará a esforzarte para gustar de ella. 

Para mi sólo tiene sentido recorrer los senderos que tienen corazón. 

En cualquier senda que pueda tener corazón, allí viajaré, 
y el único desafío que vale la pena, 
es recorrerla en toda su extensión.

Y allí viajaré, buscando, buscando sin aliento.


Texto de: DON JUAN, 
Un guerrero Yaqui, 
según se lo contara a Carlos Castaneda.




El camino del Amor es esa senda
que corre sin correr, siempre hacia adentro,
sin separarse nunca del afuera, aunque lo deje atrás ...como concepto.


El camino trasciende las barreras
que la mente creó como sustento.
Avanza, expandiéndose su esfera y cada paso es dado desde el centro.


El Amor vuelve así a liberarse,
y toda nuestra vida es una fiesta,
encontrando unidad en cada parte, una vez que el camino se despeja.


El Amor unifica las tendencias
que el camino creó para expandirse.
Haciéndoles sentir su procedencia y que sólo hay un modo de reunirse.


El camino sin duda es esta vida 
y el volver tiene un único sentido:
Recuperar la identidad perdida, es retomar la senda, peregrino.


El camino es volver a nuestra esencia
y el Amor nuestro último destino... 
¡Vive tu realidad, tu procedencia y que tu única meta sea el camino!

-Willy-




domingo, 14 de agosto de 2011

El espejo de la Vida

Le preguntaron a Mahatma Gandhi cuáles son los factores que destruyen al ser humano. 

Él respondió así: 

La Política sin principios

el Placer sin compromiso

la Riqueza sin trabajo

la Sabiduría sin carácter

los Negocios sin moral

la Ciencia sin humanidad 

y la Oración sin caridad


La vida me ha enseñado que la gente es amable, si yo soy amable; 
que las personas están tristes, si estoy triste; 
que todos me quieren, si yo los quiero; 
que todos son malos, si yo los odio; 
que hay caras sonrientes, si les sonrío; 
que hay caras amargas, si estoy amargado; 
que el mundo está feliz, si yo soy feliz; 
que la gente es enojona, si yo soy enojón; 
que las personas son agradecidas, si yo soy agradecido. 

La vida es como un espejo: 
Si sonrío, el espejo me devuelve la sonrisa. 

La actitud que tome frente a la vida, es la misma que la vida tomará ante mí. 

"El que quiera ser amado, que ame"

Mahatma Gandhi

sábado, 13 de agosto de 2011

Volver a la raíz.

Sea tu meta el máximo de vacío.
Conserva la firmeza de la paz.

Nacen las cosas y entran en la existencia, 
pero desde allí la vemos regresar a su reposo.

Mira todas las flores que florecen: 
cada una vuelve a su raíz.

Volver a la raíz es encontrar el descanso.
Este descanso significa regresión al destino.

Regresar al destino significa durar constantemente.

Conocer lo constante 
es estar iluminado.

Pero no conocer lo constante 
es caer en la ceguera y el desastre.

Quien conoce lo constante, lo abarca todo.

El que todo lo abarca es justo con todos.

Lo universal es el ritmo del cielo.

Y lo que está en ritmo con el cielo, 
lo está con el Tao.

Y lo que está en ritmo con el Tao perdura eternamente.

Aunque su cuerpo muera, nunca perecerá.


EL LIBRO DEL TAO (TAO TE CHING)

viernes, 12 de agosto de 2011

El ego hacia el Amor

El "yo", el "ego". 



¿Qué queremos decir con el "yo"?

El "yo" significa la idea, la memoria, el recuerdo, la conclusión, la experiencia, las diferentes intenciones, el constante empeño por ser o no ser, la memoria acumulada de inconsciente, lo racial, el grupo, lo individual, el clan, la nación, y toda una serie de cosas por el estilo, ya se proyecten hacia fuera como acción, o se proyecten "espiritualmente" como virtud. El esforzarse por todo eso es el "yo". También debemos incluir la rivalidad y el deseo de ser. El proceso de todo esto es el "yo" y, cuando nos enfrentamos con él sabemos que realmente es algo maligno.

¿Qué aporta el "yo" a la humanidad?

El "yo" es la causa que divide a las personas, el "yo" nos encierra en nosotros mismos, sus actividades, por nobles que sean, nos separan y nos aíslan. Todo eso lo sabemos.

¿Qué ocurre cuando el "yo" está ausente?

Los momentos en los que el "yo" no está presente, en los que no hay sensación de lucha, de esfuerzo, son extraordinarios. 


Y esto ocurre cuando hay amor.

¿Fortalece la experiencia al "yo"?

Sí, la experiencia fortalece al "ego". En todo momento tenemos experiencias, impresiones; y esas impresiones las interpretamos y reaccionamos ante ellas. Según sean nuestros recuerdos reaccionamos ante cualquier cosa que vemos, que sentimos. Y este proceso de reaccionar ante lo que vemos y sentimos surge la experiencia.


Deseamos estar protegidos, tener seguridad interior; o deseamos tener un maestro, un instructor, un Dios, y experimentamos aquello que hemos proyectado. Es decir, hemos proyectado un deseo que ha tomado una forma, al cual le hemos dado un nombre y ante eso reaccionamos. Es nuestra proyección, nuestra nominación. Este deseo que nos brinda una experiencia nos hace decir: "he experimentado", "he visto al maestro", o bien "no lo he visto". Ya conocemos todo el proceso de nombrar y de relatar una experiencia.


La experiencia está siempre fortaleciendo al "yo". Cuanto más inmersos, más alienados, estamos en una experiencia, tanto más se fortalece el "yo". Como resultado de la experiencia tenemos cierta fuerza de carácter, de conocimiento, de creencia, de pertenencia a algún grupo determinado; y de todo eso hacemos gala ante otras personas porque sabemos que no son tan "dotados" como nosotros o no pertenecen al grupo que pertenecemos nosotros.


Debemos ver como el "yo" siempre sigue actuando: nuestras creencias, nuestros maestros, nuestras "castas" o niveles sociales, nuestro sistema económico, son un proceso de aislamiento y de conflicto. Por eso debemos comprender el proceso de la experiencia.

¿Qué ocurre cuando deseamos el silencio de nuestra mente? ¿Qué ocurre cuando deseamos cualquier cosa?

Por ejemplo, vemos la importancia de tener una mente silenciosa, una mente serena, por que lo hemos leído o porque nosotros mismos vemos lo bueno que es estar tranquilo y tener una mente apacible. Deseamos experimentar el silencio y por ello nos disciplinamos; por medio de la disciplina buscamos experimentar el silencio. De esta forma, el "yo" se instala en la experiencia del silencio. Así, podemos ver que el "yo" toma vida en cualquiera de nuestros deseos.

¿Qué ocurre cuando deseamos comprender la Verdad?

Anhelamos comprender qué es la Verdad. Luego está nuestra proyección de lo que consideramos que es la verdad, porque hemos leído mucho al respecto y hemos oído hablar a mucha gente; el deseo mismo es proyectado y experimentamos y reconocemos ese estado. Si no reconociera ese estado no lo llamaría "verdad". Pero lo reconocemos y experimentamos y esa experiencia da vigor al "yo". El "yo" se atrinchera en la experiencia y decimos "yo se", "hay Dios" o "no hay Dios"; decimos que un determinado sistema político es justo y los otros no lo son.

¿Es posible que la mente, que el "yo", no proyecte, no desee, no experimente? ¿Podemos encontrar algo que disuelva el "yo"? ¿Podemos disolver el "yo"completamente?

Vemos que todas las experiencias del "yo" son destructivas y queremos encontrar algo que lo disuelva. Creemos que hay varias maneras para disolver el "yo": identificación, creencias, etc. Pero todas ellas están al mismo nivel, ninguna es superior a la otra, porque todas ellas son igualmente poderosas para fortalecer el "ego". Y el "Yo" es una fuerza aisladora, destructiva; y queremos hallar una manera de disolverlo.


Debemos habernos dicho a nosotros mismos: "veo que el "yo" funciona todo el tiempo, y que siempre produce ansiedad, miedo, frustración, desesperación, desdicha, no sólo en mí mismo sino en cuantos me rodean.


No queremos ser parcialmente inteligentes, sino totalmente inteligentes. La mayoría de nosotros somos inteligentes en algún campo; algunos son inteligentes en los negocios y otros en su trabajo de la oficina. Las personas son inteligentes de diferentes maneras, pero no lo somos completamente. 


Ser completamente inteligentes significa ser sin "yo". Cuando decimos que queremos disolver el "yo", en el momento en que decimos "quiero disolver esto" existe aún la experiencia del "yo", y así el "yo" se fortalece.

¿Cómo será posible que el "yo" no experimente? ¿Es posible que la mente esté en un estado de total calma, en un estado de no reconocimiento, de no experiencia, lo que significa que el "yo" no está ahí y la creación puede ocurrir?

Podemos observar que la acción creadora no es en absoluto la experiencia del "yo". Hay creación cuando el "yo" no está presente; porque la creación no es intelectual, no es de la mente, no es autoproyectada; es algo que está más allá de toda experiencia.


Y aquí reside el problema: cualquier actividad de la mente, positiva o negativa, es una experiencia que en realidad fortalece el "yo". Sólo la mente deja de reconocer y de fortalecer al "ego" cuando existe un completo silencio.



¿Existe una entidad aparte del "yo", que observe al "yo" y lo disuelva? ¿Existe una entidad espiritual que disuelva al "yo"? ¿Podemos arrinconar al "yo" por la fuerza?

Creemos que la hay. La mayoría de las personas religiosas cree que existe tal elemento. El materialista dice: "es imposible destruir al "yo", sólo podemos condicionarlo y contenerlo, en lo político, lo económico o lo social". Hay otras personas, las llamadas "religiosas" -no son realmente religiosas, aunque así las llamemos- que dicen: "en principio, tal elemento existe. Si podemos ponernos en contacto con él disolverá el "yo". 


Muchas personas arrinconan al "yo" por la fuerza. Si permitimos que se nos arrincone por la fuerza, veremos lo que ocurre. 


Desearíamos que hubiese un elemento atemporal que no pertenezca al "yo", y que -así esperamos- venga para interceder y destruir al "yo", y a ese elemento lo llamamos Dios. Ahora bien, ¿existe algo así, y que la mente pueda concebir? Podrá existir o no; no se trata de eso. Cuando la mente busca un estado atemporal y espiritual que entre en acción para destruir al "yo", ¿no es ésa otra forma de experiencia que fortalece al "yo"? ¿no es eso lo que realmente ocurre cuando creemos? 


Cuando creemos que existe la verdad, Dios, un estado atemporal, la inmortalidad, damos vida un proceso de fortalecimiento del "yo"; el "yo" ha proyectado eso que, según creemos, vendrá a destruir el "yo", así que hemos proyectado esa idea de continuación en un estado atemporal como entidad espiritual, y eso nos da experiencia; y tal experiencia no hará sino fortalecer al "yo". Así que no hemos destruido realmente al "yo" sino que le hemos dado un nombre diferente, una cualidad diferente; el "yo" seguirá estando ahí, porque lo hemos experimentado. 


De manera que nuestra acción, desde el comienzo, hasta el fin, es la misma acción; sólo que nosotros creemos que evoluciona, que crece, que se vuelve cada vez más bella; pero, si lo observamos interiormente, es la misma acción que prosigue, el mismo "yo" que funciona en diferentes niveles con diferentes rótulos, con diferentes nombres.

Siendo así las cosas ¿Cómo podemos dar solución al tremendo problema del "yo", del "ego"?

Cuando vemos todo el proceso del "yo", las astutas y extraordinarias invenciones del "yo", su inteligencia, cómo se encubre mediante la identificación, mediante la virtud, mediante la experiencia, mediante la creencia, mediante el conocimiento; cuando vemos que nos estamos moviendo en un círculo, en una jaula que él mismo fabrica; cuando nos damos cuenta, con pleno conocimiento de ello, ¿no encontramos una calma extraordinaria que no se generó por la fuerza, ni mediante recompensa alguna, ni por ningún temor? 


Cuando reconocemos que toda actividad de la mente es tan sólo una forma de fortalecimiento del "yo", cuando observamos eso y lo vemos, cuando nos damos completamente cuenta de esto en la acción, cuando llegamos a ése punto -no de un modo ideológico, verbal, ni por experiencia proyectada, sino cuando estamos realmente en ese estado- entonces veremos que la mente, que está totalmente en calma, no tiene el poder de crear. Cualquier cosa creada por la mente lo es dentro de un círculo, dentro del ámbito del "yo". Cuando la mente no crea, entonces existe la creación, lo cual no es un proceso reconocible.


La realidad, la verdad, no se puede reconocer. 


Para que la verdad surja, la creencia, el conocimiento, la experiencia, el perseguir la virtud, todo eso debe desaparecer. La persona virtuosa que tiene conciencia de perseguir la virtud, jamás podrá encontrar la verdad. Podrá ser una persona muy decente; esto es algo totalmente distinto del hombre que vive la verdad, del hombre que comprende. En el hombre que vive la verdad, la verdad se ha manifestado. Un hombre virtuoso es un hombre justo, y un hombre justo jamás podrá comprender qué es la verdad; porque, para él, la virtud es el encubrimiento del "yo", el fortalecimiento del "yo", porque él persigue la virtud. Cuando él dice "no debo ser codicioso", el estado de no codicia que él experimenta fortalece el "yo". Por eso es tan importante ser pobre, no sólo en las cosas del mundo, sino también en creencias y en conocimientos. Un hombre rico en bienes materiales, o un hombre rico en conocimientos y en creencias, jamás conocerá otra cosa que la oscuridad, y será el centro de toda discordia y sufrimiento. 


Mas si nosotros, como personas, podemos ver todo este comportamiento del "yo", entonces sabremos qué es el amor. 


En verdad que ésta es la única reforma que puede cambiar el mundo. 
El amor no es del "yo". El "yo" no puede reconocer al amor. 
Decimos "yo amo"; pero al decirlo y al experimentarlo, ya no hay amor. 
Pero cuando conocemos el amor no hay "yo". 




¡Cuando hay amor no hay "yo"!


Autor desconocido 

miércoles, 10 de agosto de 2011

No hay lugar para dos


Quienquiera que dice “yo” y “nosotros” a la puerta, 
es devuelto atrás de la puerta 
y continúa en el no. 

Un cierto hombre vino y llamó a la puerta de su amigo: 
su amigo le preguntó, “¿Quién eres tú, oh fidelísimo?”. 

Él respondió, “yo”. 
El amigo dijo, “Vete”. 

Salvo el fuego de la ausencia y de la separación, 
¿quién cocerá a ese crudo? . 

El infortunado hombre se marchó, 
y durante un año se abrasó en viaje y separación con las centellas del fuego. 

Aquél abrasado estaba cocido… 

Llamó de nuevo a la puerta… 
Su amigo le requirió, “¿Quién está en la puerta?”. 

Él respondió, 
“Éste tú está en la puerta, oh encantador de corazones”. 

“Ahora”, dijo el amigo, 
“puesto que tú eres yo, entra, 
oh mí mismo : 
no hay sitio en la casa para dos “yo”. 


Jalaluddin Rumi

lunes, 8 de agosto de 2011

Atento a la conciencia... eres sólo Amor


Estate atento a cómo funcionas, 
familiarízate con tu cuerpo, tus sensaciones, 
sentimientos, miedos y pensamientos. 

Es entonces cuando puedes descubrir que
lo que llamas tu cuerpo, 
sentidos y mente, son solamente ideas
que mantienes sin saber realmente lo que son. 

Superpones una imagen-memoria
a tu cuerpo y a tus emociones.

Así, el primer paso, si podemos hablar de pasos, 
es darte cuenta de que rara vez escuchas 
a causa de tus continuas reacciones y anticipaciones. 

En la observación inocente, 
lo que es visto apunta hacia la visión en sí misma. 

No hay ya ninguna interferencia de un ego 
que se apresure a juzgar, calificar o concluir. 

Te encuentras a ti mismo en una atención 
libre de tensión y concentración, 
en la que no existe nadie que esté atento 
ni ningún objeto de atención. 

Vive esta atención sin referencia
que está fuera de la relación sujeto-objeto.


Tú eres conciencia, 
la conciencia que subyace a los diversos estados 
en que entramos y salimos. 

Ahí sólo hay amor
y alegría de vivir.


LA SENCILLEZ DE SER
de Jean Klein








"¡El Amor no es amado!" 

No amamos al Amor, no lo asumimos 
como Aquello que somos en esencia 
como al Ser sobre cual superpusimos 
todos los seres, todas las vivencias 
nacidas de los sueños y espejismos 
y almacenadas como pertenencias 
de la raíz del mal, del egoísmo. 

No amamos al Amor, no lo encarnamos, 
no creemos que somos su expresión. 
En las voces del mundo lo buscamos 
sin darnos cuenta que Él es esa Voz 
que en el mayor silencio vivenciamos 
como surgiendo desde el Corazón 
y liberándonos de aquél pantano. 

No Amamos al Amor, no lo sentimos 
como a la base de nuestra existencia, 
como a ese fondo sobre el que imprimimos 
las fluctuaciones de nuestra conciencia, 
como Aquella Unidad que conseguimos 
cuando evadimos nuestras resistencias, 
como a la Paz en que nos convertimos 
cuando reconocemos Su Presencia. 


-Willy-


Al Maestro y hermano menor: Francisco de Asís,
y a todos los seres que aman al Amor sobre todas las cosas.

viernes, 5 de agosto de 2011

Amor : La unidad no concebida

Cierta tarde, el diálogo fue iniciado por un joven canadiense que vestía a la usanza hindú. Dijo que tenía veintitrés años, pero parecía salir apenas de su adolescencia. De su cuello pendía una delicada cadena con una cruz de plata pequeña y elegante. Mencionó que había encontrado el libro "Yo soy Eso" en una librería de Bombay hacía un par de días y que una mirada rápida a algunas de las páginas lo había inducido a querer ver personalmente a Maharaj. Había examinado ya el libro en detalle leyéndolo casi de corrido, durante toda la tarde y también la noche, y había terminado de leer ambos volúmenes hacía unas cuantas horas.

Maharaj: Eres muy joven. Me pregunto desde qué edad has estado interesado en la búsqueda espiritual.


Visitante: Señor, desde que yo recuerdo he tenido un profundo interés en el amor y en Dios; 
y he sentido con intensidad que no son diferentes. Cuando me pongo a meditar, a menudo...

M:Espera un momento. ¿Qué entiendes exactamente por meditación?


V:No lo sé en realidad. Lo que hago es simplemente sentarme con las piernas cruzadas, cierro los ojos y me quedo tranquilo por completo. Siento a mi cuerpo relajarse, casi desvanecerse, y que mi alma, mi ser, o como quiera que se le llame, se funde en el espacio mientras poco a poco se suspende la sucesión de pensamientos.


M:Esto está bien. Continúa por favor.


V:Muy a menudo, durante la meditación, surge en mi interior una abrumadora sensación de amor extático junto con una efusión de bienestar. No sé lo que es. Fue durante uno de estos momentos de embeleso que me sentí inspirado para visitar la India, y aquí estoy.


M:¿Cuánto tiempo permanecerás en Bombay?


V:No lo sé en realidad. Rara vez hago planes. Tengo dinero suficiente para vivir modestamente durante unos quince días y tengo ya mi boleto de regreso.


M:Ahora dime, ¿qué es exactamente lo que quieres saber? ¿Tienes alguna pregunta?


V:Cuando llegué a Bombay era un hombre muy confundido. Casi sentí que iba a perder el juicio. En realidad no sé qué me llevó a la librería, pues no suelo leer mucho. Al momento de tomar el primer volumen de "Yo soy Eso", experimenté la misma sensación abrumadora que tuve durante mi meditación. Conforme fui leyendo el libro parecía como si me quitara un peso de encima, y ahora que estoy sentado frente a ti, siento como si hablara conmigo mismo.
...Y lo que me estoy diciendo a mí mismo parece una blasfemia. 
...Estaba convencido de que Dios es amor.
Pero ahora pienso que el amor ciertamente es un concepto y si el amor es un concepto, Dios debe de ser también un concepto.


M:¿Y qué hay de malo en ello?


V(riendo): Bueno, lo dices como si no hubiera culpabilidad alguna en transformar a Dios en un concepto.


M:En realidad tú dijiste que Dios es amor. ¿A qué te refieres con la palabra amor? ¿Quieres dar a entender amor como lo opuesto de odio? ¿O quieres decir algo más? 
Aunque, claro está, ninguna palabra puede ser adecuada para describir a Dios.


V:No, no. Con la palabra amor ciertamente no me refiero a lo opuesto a odio. 
Me refiero al amor como abstención de discriminar entre "mí" y lo "otro".


M:En otras palabras, ¿a la unidad del ser?


V:Sí, en efecto. ¿Qué es entonces "Dios", a quien se suponía yo debía orar?


M:Hablemos más tarde sobre la oración. ¿Qué es, entonces, exactamente este "Dios" del que estás hablando? ¿No es la conciencia misma -el sentido de "ser" que tenemos-, en virtud de la cual puedes hacer preguntas? 
"Yo soy" es en sí mismo Dios. ¿Qué es lo que más amas? ¿No es acaso ese "yo soy", la presencia conciente, aquello que deseas preservar a cualquier costo? 


La búsqueda en sí misma es Dios. Al indagar descubres que "tú" eres independiente de este complejo cuerpo-mente. 
¿Existiría el mundo para ti si no fueras conciente? ¿Habría alguna idea de un Dios? Y, ¿acaso son diferentes la conciencia en ti y la conciencia en mí? 
Son independientes sólo en tanto conceptos, que buscan la unidad no concebida, y ...
¿no es ésto amor?


V:Ahora entiendo lo que quiere decir "Dios está más cerca de mí de lo que estoy yo de mí mismo".


M:Recuerda también que no puede haber ninguna prueba de la Realidad que no sea serla. 
De hecho tú eres ella y siempre lo has sido. 


La conciencia se marcha con el final del cuerpo (y está, por lo tanto, sujeta al tiempo) y con ella se marcha la dualidad que es la base de la conciencia y de la manifestación. 


¿Qué es entonces la oración y cuál es su propósito?


La oración, según se la entiende comúnmente, no es más que pedir algo. Pero en realidad, la oración significa comunión, unión, yoga.


V:Todo es muy claro ahora, como si de pronto se hubiese eliminado de mi sistema un montón de escombros, como si hubiesen perdido realidad.


M:¿Quieres decir que ahora todo te parece claro?


V:¡No, no "parece"! Ahora es claro, tan claro que estoy asombrado de no haberlo visto antes. Varias frases que he leído en la Biblia, que parecían importantes pero me eran incomprensibles, ahora son diáfanas, frases como: Antes de que Abraham fuera, Yo soy; Yo y mi padre somos uno; Soy lo que soy.


M:Bien. Ahora que lo has comprendido, ¿qué sadhana seguirás para lograr liberarte de tu "esclavitud"?


V:¡Ah, Maharaj! Seguramente te ríes de mí. ¿O me estás poniendo a prueba? 
Sin duda es eso, ahora estoy seguro de que he comprendido que Yo soy eso; soy lo que siempre he sido y lo que seré siempre. ¿Qué queda por hacer? ¿O deshacer? ¿Y quién va a hacerlo? ¿Con qué finalidad?


M:¡Excelente! Sólo sé. 


V:Sin duda lo haré.

Así pues, el joven canadiense se postró ante Maharaj con los ojos llenos de lágrimas de gratitud y gozo. Maharaj le preguntó si volvería y el muchacho le dijo: "Honestamente, no lo sé". Cuando se marchó, Maharaj se sentó un momento con los ojos cerrados y la más dulce de las sonrisas en los labios. Y dijo entonces muy suavemente: "Alguien excepcional"; yo apenas pude entender sus palabras. Nunca volví a ver al joven canadiense y a menudo me pregunto qué fue de él.



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